JUEVES 25 ABRIL, 2024

¿Qué le pasa a Rayados?

01 - abril - 2019

Rayados no logra vincular una ventaja deportiva con el equilibrio emocional, según Alonso, y el temor a todo lo orilla a tomar precauciones. De hecho, es evidente que hay más miedo a perder que convicción por ganar.

Le pasó contra Cruz Azul y le ha pasado muchas veces. Se distancia en el marcador y el equipo cree estar convencido que con eso le alcanza. No mide la dificultad que le demanda el partido para sostenerse. Alonso tampoco lo ve.

El técnico, que se sigue haciendo cargo públicamente de la desobediencia de sus jugadores que se tiran hacia atrás sin sentido, ya no sabe cómo explicar lo que le sucede a sus dirigidos.

Pero tampoco asume ese descontrol como parte involucrada. Solo se muestra como protector de la debacle en sus generalidades por ser la cabeza y no por las razones más específicas por las que fallan tanto él como sus jugadores.

Alonso le echa la culpa a la cuestión mental y habla de reforzar el "estado anímico" de los futbolistas. Sin embargo, lo que se observa son más depresiones futbolísticas que un debilitamiento emocional.

¿Se puede desanimar un equipo con un 2-0 a su favor? En todo caso, el exceso de confianza le quita energía y lo arrastra hacia un escenario que no sabe manejar.

Rayados no ha aprendido a controlar los partidos en la prosperidad y en este asunto la responsabilidad también es de Alonso. Si el técnico tantea el comportamiento del equipo en las circunstancias favorables, rápidamente tendría que detectar esos detalles asociados al confort y a los temores.

Aquí la contradicción es evidente: Rayados decide no arriesgar más cuando va ganando ante adversarios complicados, al mismo tiempo que cede y aumenta los riesgos sobre su portería.

Esto es que en esa fallida idea, Rayados y Alonso creen que la solución está en defenderse en su campo cuando en realidad lo que ocupa es defenderse con y sin la pelota mucho más adelante para desarmar o ponérsela difícil al adversario.

Cuando el rival se le viene encima, crece la necesidad de contenerlo y es aquí cuando Alonso empieza a fortalecer su coraza defensiva, "reforzando" las líneas de atrás, metiendo a gente innecesaria para labores de recuperación o marca, y todo el foco de atención está en lo que suceda alrededor de Barovero.

Esta práctica tan austera como peligrosa supone ser un patrón en la estrategia de Alonso. En Pachuca también se le escapaban muchos resultados así y por la misma vía.

Si el equipo se echa para atrás, la función de un DT es sacarlo de ese hueco. Alonso, sin embargo, profundiza ese déficit y paga precios muy altos por decisiones desacertadas.

Decisiones que se ven desde fuera y que la tribuna reprueba. Quizás no le importe tanto a Alonso porque él, quizás, puede que también se sienta muy cómodo.

Histórico