2 - mayo - 2019
¡Bendito sea Dios! .... dijeron miles de Rayados al final del partido ése ante Tigres. ¡Por fin!
Que fuese Clásico, que fuera un partido internacional, que ayudara a sacarse una daga del tamaño de una jabalina que traía Rayados en la espalda desde hace rato y de paso sirviera para dejar en el camino al vecino, fueron los condimentos de la cena.
El festejo de la noche, la euforia excesiva, sobre todo de parte del entrenador rayado celebrando ante la tribuna como orangután con los testículos inflamados, un gesto obsceno que a otros como Simeone o Cristiano les costó una sanción. Acá en tierras meshicas, se vale todo, hasta que equipos de la MX sean financiados con recursos de procedencia dudosa.
Soberbio el argentino (perdón por el pleonasmo) Funes en la burla, ya en vestidores, habiendo bebido de la copa concacafkiana, contra los rivales felinos. Innecesario.
El Monterrey hizo un gran encuentro y lo ganó desde la ida; lo que hizo en el primer duelo la semana anterior tan bien durante 45 minutos, ahora lo hizo 75 y se parapetó a piedra y lodo los últimos quince, dieciocho, para cobrar renta de ese desgaste que hizo y le alcanzó para reflejar en la cancha y en el marcador que fue el mejor.
En general el plantel albiazul mereció el título porque lo trabajó, supo meterle cincel a la piedra y darle forma. Nadie le regaló nada, excepto una dosis de indolencia del rival que quiso ganar jugando a media marcha, trotando como un partido de liga de la fecha nueve, de esos que, si ganas, empatas o pierdes, no pasa nada.
Varios bravos, muy pocos, se salvan. Pizarro, Gignac, Rafa Carioca entre ellos. Otros que lucen en partidos facilitos contra el equipo 14 de la tabla, esa noche no aparecieron.
Los de azul y blanco en general se vieron como un comando con empaque, jugando todos en la misma sintonía. Los ahogamos, les cortamos los circuitos y van a tener que tratar de salir de punta y pa'arriba porque no saben otra. Y así fue.
Perfectamente marcado y ejecutado el penal. Todos entonados, aunque Rodríguez, Celso y Stefan habrían registrado notas altas, como Barovero, sacando una de allá del rincón lejano, haciendo olvidar a muchos aquella semifinal donde actuó muy extrañamente ante La Máquina, y pensar que fue un accidente y no producto de un arreglo donde otros dos arqueros mexicanos habrían participado también.
Tras dos lances en esta Final, ¡miles lo ubicaban ya esa misma noche en el portal de Olé! como el 1 del arco argentino, sobre Armani, Andrada, Caballero o Romero.
Un eufórico exjugador, comentarista de Fox, ya promocionaba para mandar a Europa minutos después del juego a Pizarro porque el Chaca lo enganchó para el penal y por un túnel a Carioca. Así de impresionables son. Es tan poco futbol de calidad que se ve de pronto en la liga local que en cualquier charquito se ahogan.
Bien por el Monterrey que por fin desenterró la gallina y celebró en casa.
Felicidades, Rayados, directiva y afición.
¡Enhorabuena por ese logro mundialista!