Tigres desafía sus dudas

Lunes 20 de mayo de 2019

Tigres es muy hábil para llegar hasta las Finales, pero en la mayoría de los casos no sabe qué hacer con ellas. Excepto el expediente 10/12/17 cuando le ganó la Liga a Rayados, en las demás series decisivas nunca logró ser mejor en 180 minutos.

Incluso, ni cuando festejó ante América y Pumas legitimó en juego dichas conquistas. En ambos casos fue el componente aleatorio de los penales lo que le permitieron sumar dos estrellas más.

De las últimas nueve Finales que disputó entre Liga, Concacaf y Libertadores sólo ganó una serie y fue la mencionada ante Rayados que, por contexto y singularidad, puede guisarse aparte.

Por lo tanto, quitando ese Clásico, en ocho series Finales no pudo imponerse en ninguna desde el 2014 a la fecha. Cuando un hecho se repite con mucha frecuencia y naturalidad no es casualidad.

Es decir, no es casual que llegue mucho a las Finales, como tampoco es casual que no sepa cómo ganarlas. Y en todos los casos hubo un mismo patrón: Tigres acusó una notoria incapacidad futbolística para gobernar esas instancias.

Tigres vuelve a otra Final en las mismas condiciones. No ofrece las garantías suficientes como para quitarse de encima al León, al menos, medido desde la mezquindad que ha exhibido en esta Liguilla.

Tigres juega feo, pero eso no necesariamente le condiciona un resultado. Es más, trabaja más el resultado que el partido cuando necesita hacer negocio. Si tiene que empatar, empata y si tiene que ganar, suele hacerlo sin sobrarle absolutamente nada.

Operar de esta manera le ha dado a Tigres mucha proyección mediática y posicionamiento en la élite del futbol mexicano, aunque el futbol que practique sea literalmente un fiasco.

¿Quién podrá discutirle su constante aparición en las Finales? Nadie. Lo que sí entra en el debate son las formas y si éstas alcanzan el estatus del merecimiento.

Quizás a esta Final ante el León llegue en una de sus peores versiones, sin tanta fuerza colectiva, vulnerable atrás y a la espera de pescar alguna oportunidad para que sus individualidades rompan la rutina.

Esto es, al menos, lo que los precedentes marcan. ¿Tendrá la autoridad ahora para ser campeón con todas las de la ley? Ni Tigres sabe si es capaz de hacerlo.

Es más, los mismos jugadores, rápidamente, le dedicaron el pase a la Final a quienes no creían en el equipo. Más que un inútil revanchismo agitado desde las redes, esos mensajes obedecen una reacción genuina de las propias dudas.