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Un campeón con grises

Miércoles 07 de agosto de 2019

Ser campeón es difícil. Ser campeón dos veces, mucho más. Pero, ¿aguantar esa exigencia? Tigres Femenil demuestra que le cuesta el doble. Se puso la vara tan alta que cualquier bajón futbolístico significa un retroceso.

Ramón Villa Zevallos tomó un equipo que sabía a lo que jugaba y sólo tuvo que acompañarlo hasta la meta para que logre lo que se le había escurrido entre los dedos hacía unos meses. A Roberto Medina le ocurrió exactamente lo mismo.

Le entregaron un equipo campeón, con nombres importantes, jugadoras que se conocen entre sí, incluso, algunas con presencia en Selección Nacional. Sin embargo, el nivel en este torneo con respecto al anterior fue en descenso. Van tres fechas, es cierto, pero si no se le exige al campeón, ¿qué queda para los demás?

A favor del entrenador hay que recalcar que en las últimas dos jornadas no pudo contar con la mitad de su columna vertebral. Katty Martínez, Jaqueline Ovalle, Liliana Mercado y Nancy Antonio volaron hasta Lima para competir por los Panamericanos y dejaron huecos en el ONCE que Medina no pudo rellenar.

Quedó en evidencia que el plantel de jerarquía del cual hablamos muchas veces no es tan así. La diferencia entre las titulares y las suplentes es muy grande. Ya se había visto en el amistoso ante Sun Devils Soccer en la pretemporada. Un primer tiempo con un equipo que marcó una diferencia notable y en la segunda mitad un contraste completamente diferente. Pero ahora quedó demostrado en el inicio de la competencia.

Ante estas ausencias, Medina tuvo que echar mano a nombres que Villa Zevallos no había utilizado, y que el mismo Medina por lo visto tampoco tenía en la cabeza. Nombres que dejaron notar la diferencia de la cual les hablo.

¿Puede Tigres volver a ser campeón? Claro que sí. Le sobra calidad y buenas jugadoras. Pero que no se vuelva a desarmar la columna vertebral porque la va a pasar mal. Tuvo fortuna de que los rivales que enfrentó tampoco eran de los más fuertes de la Liga, porque capaz la historia sería otra.

Todos los equipos tuvieron un crecimiento notable con respecto a los torneos anteriores. Ya no veremos las goleadas a las que estábamos acostumbrados en los inicios. Ya son más los que se asoman a dar pelea, lo que incrementa el nivel de competencia para este campeonato.

Pero no puede ser una excusa. No para el mejor equipo de la Liga, el dos veces campeón. El que, si no fuera por la suerte de los penales, hoy a lo mejor serían tres las estrellas en su escudo. El campeonato recién comienza, y tiempo para mejorar tiene de sobra. En el cuerpo técnico y las jugadoras estará el desafío de enderezar el barco que venía con un andar perfecto en cuanto a resultados.

¿El nivel de juego? Otra deuda pendiente. Porque se puede ganar o perder, como en cualquier deporte. Pero dejar pendiente la asignatura del buen juego en un equipo con tanta calidad es lo preocupante.

Con Mercado y Antonio regresa el equilibrio, el buen trato de balón, la simpleza en la salida. Ovalle le devuelve el desequilibrio en la ofensiva, esa jugadora que con una acción individual te puede sacar la diferencia. Y con Katty lo más importante: el gol.

Medina tiene tarea. Tocar e intentar cambiar la partitura de un equipo que ya se sabe la canción de memoria o dejar todo como está, y solo dedicarse a escuchar la melodía que tan aceitada tienen las intérpretes.

De algo estoy seguro, que coronarse cuesta bastante, pero mantenerse mucho más.

Twitter: @GiraudiMatias

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