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Miércoles 07 de agosto de 2019

A ver si llenan

La raza americanista anda emocionada por el regreso de Memo Ochoa. ¡Y cómo no!... este muchacho siempre fue muy consentido en Coapa desde sus inicio, pero le hizo muy bien salir para madurar y convertirse en muy buen guardameta.

Técnicamente con algunos detalles que le impidieron dar el salto a un gran equipo de las ligas mayores, pero creció.

Sus reflejos bajo el arco le ganaron los reflectores en algunos partidos internacionales, como aquel duelo mundialista ante Brasil que dejó sin gol al Scratch.

Luego de América fue al Ajacccio francés, después al Málaga, de ahí al Granada y en seguida al Standard Lieja belga de donde regresa al nido.

Los cuatros clubes en que jugó Ochoa en Europa, modestísimos y hubo algún detalle técnico en su trabajo con guantes que le impidió llegar a un equipo grande: su juego aéreo.

Desde que estaba acá dijimos, le faltan horas de gimnasio, traducidos en tres kilos de fibra y músculo para desprenderse del temor de ir a chocar contra defensas y delanteros y quedarse con los balones por alto. Nunca lo hizo. O tal vez sí, pero no fue suficiente.

Le encanta jugar metido en el área pequeña y casi casi parado en la línea de meta de donde se lanza como un relámpago e impidió cantidades industriales de cuero en sus arcos... de hecho es hasta ahora con Tata Martino en el Tri que lo ves jugando fuera de su área como líbero cuando la jugada se presta para ello.

Pese a todo es una excelente contratación de las Águilas y un gran salto para Marche haber marchado al futbol portugués.

Aunque se vea que para Memo es un retroceso --que técnicamente lo es por lo niveles del futbol europeo y el meshica-- deberíamos considerar que ya tiene casi 15 años como guardameta, aunque siga pareciendo un chavito, y ya dio lo que tenía que dar.

A los entrenadores no le gustan los arqueros que viven bajo los palos de su cabaña y casi podría apostar a que eso fue lo que le impidió firmar con un grande en Inglaterra, España o Italia.

Seguro no fue sencillo convencerlo, pero bueno ya está. Hizo lo que pudo y llegó hasta donde sus alcances se lo permitieron, ahora el arquero tapatío regresa feliz a su casa y será un ingrediente más para el cuadro americanista.

A ver si Gio y Ochoa les ayudan a llenar la tribuna que siempre --a menos que jueguen contra Chivas-- luce desolada, bueno no vacías, pero el equipo que se autonombra el más ganador de Copas, el mejor de México ni siquiera puede llenar su estadio cada que juega. Seguro ahora cambiará esto. No creo que siempre lleno, pero seguro mejorarán las entradas al Azteca.

Y aunque dicen que la distancia es el olvido... a Paco Memo jamás lo olvidaron y vuelve con todo el ánimo del mundo para jugar en la poderosísima liga azteca.

......

Ahora que surgió de nuevo la polémica cuando Andrés Pedro Gignac rebasó a Tomás Boy como el mejor artillero de la historia de Tigres, surgieron detalles alrededor de ambos.

Hasta el diablo en calzoncillos que era en el área, el tremendo Pepe Cardozo lo mandó felicitar, lo cual habla muy bien del paraguacho. Cero envidias.

Y vaya que de los grandes goleadores de este futbol, tanto el señor Cardozo como Evanivaldo Castro Cabinho, tienen ganado un sitio especial.

Estos caballeros hacían goles por carretadas.

Hoy con 10 ó 12 goles cualquiera queda campeón goleador en esta liga; hasta arietes como Johan Fano, Iván Alonso, Djaniny Tavares, el pleititos Angel Reyna, Dayro Moreno o Esteban Paredes y varios más de quien ya nadie se acuerda...

Alguna vez el señor Cardozo hizo 29 en un torneo corto y el Cabo fue campeón nada menos que siete veces consecutivas, y una más con León.

Hoy... es diferente. Mucho...

La raza se conforma con cualquier cosa o casi con cualquier cosa.

Sí señor.

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