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Reyes, ¿te necesitan?

Lunes 26 de agosto de 2019

Diego Reyes puede que haya llegado más por marketing que por necesidad a Tigres, pero no deja de ser un jugador de jerarquía, esos de los que le gustan a Ferretti para darle más amplitud a la abundancia.

Que Reyes sea "él" futbolista por el que muera cualquier entrenador o los aficionados, probablemente no. Su curva descendente lo depositó en Tigres, un dato que necesita analizarse. Ningún jugador de 25/26 años, en plena madurez profesional, comienza la cuenta regresiva tan pronto.

Reyes, al final de cuenta, es otro de los tantos jugadores que vuelven después de una probadita europea sin tanta suerte -y nivel- para ser competente en la élite internacional.

De otra manera, su ambición le exigiría seguir allá. Es decir, cuando se comienza a mendingar por un futbol de segunda, como el turco -su última escala-, es una señal de que, al menos en Europa, ya va para atrás.

Pero quizás le alcance para la Liga MX. Lo mismo se decía de Salcedo, un central sumido en una irregularidad que no ha encontrado aún su mejor versión en Tigres. Y no es por adaptación, más bien por cualidades propias.

Salcedo no le ha llenado el ojo al Universitario, pero el nombre y su trayectoria le imponen condiciones a Ferretti. Puede suceder lo mismo con Reyes, aunque su desembarco no precisamente está a tono con las necesidades que demanda el equipo.

Tigres no tiene un lateral izquierdo definido, por ejemplo. Torres Nilo ya pasó de moda y Dueñas, gracias a su plurifuncionalidad, juega ahí porque no tiene cabida en otro puesto mirado desde la óptica de la jerarquización.

Como volante es muy difícil que Carioca y Pizarro le dejen un espacio. En todo caso, la llegada de Reyes vino a complicarle la existencia a Dueñas en esa zona.

Ahora bien, si Reyes tiene que jugar por obligación como central, Ayala o Salcedo deberían ser sacrificados, a menos que Ferretti haga coincidir a los tres con calzador y modificara el sistema, cuestión que no se antoja muy simple.

Tigres es uno de los pocos equipos que se puede dar el lujo de amontonar jugadores probados, pero esto le abre la puerta al desperdicio de talento.

Zelarayán lleva muchos torneos a la deriva y quizás sea el ejemplo más icónico de los estragos que puede producir la visión jerárquica de un entrenador. Sin continuidad sostenida aumenta la desconfianza del futbolista y le presiona a demostrar todo en cachitos de partidos.

¿Tigres necesitaba a Reyes? Ni mediáticamente lo ocupaba, pero… no se podía quedar atrás en este mercado en aras de conservar su fama de pudiente.

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