Martes 29 de octubre de 2019
Aunque cada fin de semana es lo mismo. Ganen o pierdan las Águilas y las Chivas, los comentaristas televisivos hablan de estas dos escuadras, en tanto los demás equipos que puntean la Liga se abren paso a codazos en los noticieros y programas especializados para ganarse una mención.
Por supuesto que la popularidad de ambos clubes obliga a ello, pero también es obvio que los comunicadores demeritan el trabajo de las demás instituciones y sus entrenadores.
Necaxa, León, Querétaro y Santos se la han pasado punteando la tabla general y mandando sobre los llamados equipos grandes y los poderosos que los ven hacia arriba.
Los tres primeros mencionados, dicho sea de paso, con entrenadores mexicanos, y jugando no solo muy bien, sino muy ordenado.
Pese a que Memo Vázquez recién venía de un aventurado paso por el Veracruz, ha mostrado que un desangelado Necaxa puede jugar un futbol atractivo como no lo hacía hace muchos años...
La última vez que eso sucedió fue el siglo pasado bajo el mando de Lapuente o Raúl Arias y futbolistas como Sergio Almaguer, Nicolás Navarro, Sergio Vázquez, Alex Aguinaga, Ivo Basay, Luis Hernández, Zague, Joaquín del Olmo, Chema Higareda, Ratón Zárate, Cuchillo Herrera y Nacho Ambriz, entre otros
Y precisamente hoy, Nacho dirige al León, y Almaguer aparece como asistente de Vuce, en Gallos.
Aquella escuadra te mataba a latigazos manejando a velocidad de vértigo su despliegue ofensivo y así escribió páginas espléndidas en la historia del futbol mexicano contemporáneo.
Aunque hay entrenadores que se la han llevado pateando el bote y ganando millonadas, hoy, son los de estos equipos lo que imponen su estilo y marcan la pauta a seguir por el resto.
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La Máquina que enfrentó Tigres el pasado sábado en el Universitario como que se ve funcionando mejor, queriendo tomar vuelo con el nuevo maquinista que es Robert Dante Siboldi.
No sé si tenga qué ver que el hombre que mueve los hilos en ofensiva es uruguayo, igual que el entrenador, pero es posible. Jonathan Rodríguez estuvo a punto de hacer trizas a los felinos en ese partido, pero al final no sucedió.
Superó en varias ocasiones a la defensiva felina que se vio lenta en el duelo particular frente al charrúa y de algo que pudo terminar en un 4-2, 4-3 en favor de la visita, quedó 1-1.
Tigres se vio con potencia con Quiñones y Valencia al frente al lado de Gignac, pero sin el tino correcto; a la Máquina le perdonan un tiro penal al arranque por un empujón sobre Quiñones y en aquel zapatazo de Aquino al larguero que picó en el pasto, se ve como que muerde la línea de pintura y si fue así, no pudo marcarse como gol.
Al final vino Gignac --a quien no le marcaron otro penal por una plancha en el área casi al final-- a salvar a su equipo de la derrota, apareciendo en el momento más álgido para firmar el empate que emocionó a sus fans, aunque el equipo no haya jugado su mejor partido. Como se conformaron con el dicho aquel de "De lo perdido, lo que aparezca"... y todos contentos a casa esa noche.
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Habrá que ver ahora a los que luchan por hacerse de un lugar en la Liguilla y ver si les alcanza el esfuerzo.
El Monterrey intenta hacerlo, ya ganó en la Copa, claro que, a un equipito de segunda, pero ganó.
Veremos si en verdad saben hacerlo mejor ante un rival de mayor empaque como es Pachuca y con un Cardona con ganas de mostrar que se equivocaron al echarlo de Rayados...
¿A poco creen que ya se les olvidó?
No creo.