MIÉRCOLES 24 ABRIL, 2024

Mal y sin señales

Lunes 16 de marzo de 2020

Hay dos situaciones incuestionables que marcan el destino de un equipo en un torneo: el nivel (momento) y las señales (ligado a lo aleatorio, entre otras cosas, la suerte). Rayados lo tuvo en diciembre y gozó. Hoy, camina a la inversa y lo sufre.

En la Liga, a Rayados se le acabaron los pilares anímicos y futbolísticos de dónde aferrarse. Nada le sale. Todo le cuesta.

Ni siquiera haciendo un esfuerzo sobrenatural le alcanza para torcer el rumbo. El gol que le anularon frente a Chivas puede servir de referencia cuando hasta lo obvio lo castiga.

El nivel que trae Rayados es tambaleante. Mohamed lo discutirá porque, seguramente, contará las opciones de gol desperdiciadas. Una suma que le gusta mucho destacar al entrenador. Frente a Chivas llegó mucho, tiró al arco, pero en proporción, la efectividad fue muy mala.

Esa efectividad que tuvo en diciembre cuando desde donde pateaba, entraba, ahora le es esquiva. Al menos, en los últimos juegos donde ha demostrado más agresividad ofensiva, pero escasa puntería.

De todas maneras, Rayados sigue tan o más permeable como antes. Cualquiera lo puede poner en aprietos. Este detalle, quizás, ya lo trae desde hace rato, pero antes los goles allá arriba no dejaban ver las vacilaciones de la parte baja.

O, dicho de una manera más práctica: el equipo necesitaba hacer varios goles para amortiguar los que le podían meter. Esa ecuación le funcionó sobremanera en ese sprint final que terminó en el título.

El problema, decíamos en su momento, ¿qué pasaría con el equipo cuando se le vaya el gol? Hoy están las respuestas. Hace 10 fechas que no gana. Insólito para un Rayados de grandes inversiones y que, con cada activo contratado, supone reforzar la debacle.

Kranevitter ha tenido poco rodaje y, mínimo, le demandará más de un semestre acomodarse, si es que recupera nivel. Lo de Janssen parece que ya fue. Mientras esté Funes Mori será segundón. Meza aún no se define si progresa o se estanca.

La central de Rayados pide a gritos mayor atención. Nico Sánchez volvió a ser ese zaguero que llegó de Racing: dubitativo y con el timing desajustado. Uno de sus reemplazantes es Basanta, lo que habla de lo corto y limitado de zagueros que está el equipo.

Rayados, en la suma de las partes, hoy fracasa por consecuencia directa a la falta de resultados y al desbalance anímico-técnico de sus ejecutores. No hay nivel ni señales, una combinación desafortunada que ralentiza el cambio y, en el camino, le exhibe todas las miserias.

Twitter: @Mario_Sanchez1

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