MIÉRCOLES 24 ABRIL, 2024

Tiranía mató el Ascenso

Lunes 20 de abril de 2020

Hace rato que los directivos le traían ganas a la única categoría de ascenso del futbol mexicano, una división que para la mayoría de los “cráneos” de la Liga MX, venía siendo un estorbo. 

La dictadura de la Liga MX nunca le dio bola al ascenso porque definitivamente nunca le dio el valor competitivo a un eslabón futbolístico que, bien aprovechado, podría haber ayudado al crecimiento e, incluso, a rescatar más jugadores nacionales que la dictadura de Primera División, acaparando todos los reflectores, hoy no deja ver. 

Al ascenso mexicano lo han dejado morir porque siempre lo han visto como una carga económica y no como una categoría que sumara para hacer más competitivo el futbol. 

Bajo este lente, los directivos fueron reduciendo el margen, limitando los ascensos para proteger a los que están arriba. 

Primero condicionaron la capacidad económica para quién se “atreva” a subir de división; luego se les ocurrió poner otra traba: las mentadas “certificaciones” para ascender a equipos prácticamente a dedo, dejando a la mayoría en el limbo, jugando por jugar donde, sin aspiración a nada, se convirtieron en clubes muertos en vida. 

Además, y como si todo lo anterior fuera poco, se estimuló la compra-venta de franquicias para que algunas instituciones vía billetes se ganaran un lugar en Primera División. O, en su defecto, se mantuvieran en dicha categoría. 

Esto último llevó al absurdo de que un equipo descendido podía seguir en Primera División si pagaba una cuota. Una atrocidad patrocinada sólo por el futbol mexicano. 

Para hacerla corta, el mérito deportivo, que debería ser el gen principal de la competencia, nunca fue opción. Una bestialidad inducida por los intereses del negocio, pero del negocio de unos pocos que posiblemente no sepan de qué se trata la organización del futbol para mantenerlo siempre atractivo. 

En cualquier liga del mundo los descensos y los ascensos les dan un sabor distintivo a los torneos y obligan a todos a ser más competentes. 

En México sólo tratan que la élite del futbol se sienta más cómoda. La Liga MX es un selecto y tóxico club de amigos donde juegan para saber quién es mejor que quién cada seis meses, y quién invierte mejor para vender mediáticamente más. ¿Aspiraciones? Si acaso llegar a la Concacaf. 

El futbol mexicano, que se jacta de ser competitivo, se ha inmolado y parece que no se da cuenta. En la última década lo único que ha hecho es profundizar el espejismo. 

Se cree superior porque compra toneladas de futbolistas hechos en otras partes del mundo, pero a la vez les cierra la puerta a miles de jugadores fabricados en casa. La ecuación es muy sencilla: el futbol mexicano presume “nivel” con sombrero ajeno. 

La Liga trae extranjeros y no promociona jugadores propios. Como no es un futbol exportador y no tiene un organigrama bien desarrollado de categorías de ascenso que den competitividad, cientos de jóvenes futbolistas terminan sus carreras a los 20 o 23 años, como ocurrirá ahora con ese invento denominado “Liga de Desarrollo”. 

En definitiva, la Liga MX, sin descensos y desapareciendo a clubes históricos, se convertirá en un exclusivo parque de diversiones donde un selecto grupo de clubes pasará el rato sin la presión de rendir resultados. Tal cual una tiranía, esas que suelen emboscar y ganar músculo en las crisis. 

Twitter: @Mario_Sanchez1

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