JUEVES 18 ABRIL, 2024

Liga MX sin vacuna

Lunes 04 de mayo de 2020

Una de las Ligas que tiene en claro desafiar al coronavirus es la mexicana. Enrique Bonilla, presidente de la Liga MX, declaró en días recientes que sobre su mesa no ha llegado ninguna indicación, ni siquiera para tratar una posible cancelación del torneo Clausura.

Esto significa que no hay mínimas intenciones de hacerlo. Probablemente el negocio les impida a los dueños tomar decisiones en contrario a lo que supongamos, su razón les dicta.

La postura de Bonilla no cuenta. Lo suyo es contranatural. Como líder de la manada siempre aceptará lo que se diga.

Entonces, como la idea es que el futbol siga a como dé lugar, Bonilla, que enfermó de COVID-19, suplica para que se consiga "aplanar la curva" de contagios rápidamente y así los equipos ya puedan moverse cuanto antes. Todo es pura corazonada.

Es absurdo que mientras el futbol en el mundo está en una profunda fase de análisis para saber qué hacer, con Ligas europeas y sudamericanas que ya han comenzado a ceder, en México se quiere acelerar todo como si los directivos conocieran los planes del virus.

Bajo esta perspectiva empiezan a hacer pronósticos en el aire. Disparates que sólo la desesperación por volver a encender la maquinaria los obliga a plantear, como por ejemplo, jugar unos partidos sin gente y otros con aficionados (Liguilla), en otra demostración donde pareciera que al COVID-19 lo manejaran con un joystick desde la Liga MX.

Lo que menos tiene el futbol mexicano es paciencia y sentido común. No saben cómo hacerle en tiempo de crisis porque siempre han navegado con la bandera de la suficiencia, sin planes B, sin presiones, sin traumas ni estrés por recaudar. Hoy los dueños no están dispuestos a dejar de ganar, pero ¿cómo seguirán ganando si gente?

Quieren volver a la actividad con el compromiso moral del distanciamiento social en las tribunas, pero metiendo a dos equipos en una cancha donde minimizan la capacidad de contagios entre jugadores.

La Liga MX no puede manejar el calendario a su antojo en medio de una pandemia porque depende de las autoridades sanitarias. Si quiere terminar este torneo y el que sigue jugando un partido cada 48 horas ya es su problema, pero una vez que las condiciones estén dadas.

Claro que es interesante que una competencia se defina en el campo de juego, porque de otra manera todo se viciaría. Sin embargo, es ridículo querer ganarle la carrera a la epidemia sólo por la necesidad de querer volver a la “normalidad” en un contexto anormal. Tienen que darse cuenta.

Así como no lo hay aún para COVID-19, contra las ocurrencias de los directivos mexicanos tampoco hay vacuna.

Histórico