La tradición no se compra

Miércoles 10 de junio de 2020

“La tradición no se compra”, rezan carteles de protesta cada vez que el RB Leipzig se para en alguna plaza de la Bundesliga alemana.

El RasenBallsport Leipzig fue fundado el 19 de mayo de 2009 por la empresa austríaca de bebidas energéticas Red Bull, originalmente querían ligar su marca con el nombre del equipo, pero tuvieron que conformarse con las iniciales por motivos reglamentarios en el futbol alemán.

La empresa quiso entrar directamente en la máxima categoría alemana, sin embargo, no hubo un equipo que pudiera comprar, no tanto por la negativa de los mismos dueños sino por la afición que se impuso a los dirigentes y evitaron que compraran la tradición.

Tuvieron que acudir a una entidad deportiva prácticamente abandonada en la quinta división alemana para poder meterse al futbol teutón. Un ambicioso proyecto que suponía ascender hasta la Bundesliga en 8 años con una inversión de $100 millones de euros. Lo lograron.

Si bien el equipo es criticado por no tener alma, por haber comprado tradición al tener una corta edad y haberse creado de la nada, el RB Leipzig se ganó su derecho de estar en la Bundesliga deportivamente. Ascendió cuatro categorías en siete temporadas, logró su cometido en 2016 y desde entonces se mantiene en el máximo nivel con creces. No solo participa, es un serio competidor de la Liga de Alemania y pelea su lugar en la Liga de Campeones de Europa. Actualmente es tercer lugar por debajo del Bayern Munich y el Borussia Dortmund y espera rival en Cuartos de Final de la Champions.

Por supuesto que los billetes fueron fundamentales para el ascenso de este equipo, pero su lugar en la Bundesliga es legítimo, lo ganó con el esfuerzo de sus jugadores, con paciencia, de manera legítima lo ganó en la cancha. Ahora está entre los mejores ocho de Europa. Sí, a base de billetazos, pero no en una subasta.

Mazatlán FC llegó arrebatando todo. Arrebató una tradición de más de media década en Morelia. Le arrebató a una afición el equipo de sus amores y borró su historia con todo y sus jugadores en un abrir y cerrar de ojos. Con dinero y un bonito estadio, la FMF se hizo de la vista gorda, le faltó el respeto a sus aficionados (los que mantienen el negocio), no los escuchó, le importó más el dinero y borró historia en Michoacán.

Mazatlán es una gran plaza, un centro turístico importante en nuestro país, gente buena y muy trabajadora y una gastronomía envidiable. Son los menos culpables, seguro recibirán con los brazos abiertos su franquicia y la apoyarán. Pero debieron seguir los pasos adecuados para llegar justamente a la máxima categoría. De la misma manera que lo han intentado los Leones Negros, Atlante, Celaya, Dorados, Alebrijes, Mérida, Correcaminos, Tampico y las franquicias ya extintas.

Es una pena lo que están haciendo con nuestro futbol y sus tradiciones. Un manoseo de franquicias y nula seriedad en cuanto al manejo del mismo. Cambian sistemas de competencia a su antojo y lo mismo con plazas y reglamentos internos. En algún momento pensaba que Club de Cuervos era una parodia de nuestra Liga y cada vez me convence más que es un documental de la misma.

Twitter: @sergiotrevino9