JUEVES 18 ABRIL, 2024

Sentido común

Martes 21 de julio de 2020

Antonio Mohamed considera que su hijo Shayr puede jugar como doble contención o volante por derecha, y que trae buenas hechuras para la recuperación y buen ojo para la proyección al frente. Y sí.

El hijo de Tony tuvo acción durante unos minutos en el juego frente a Santos y de inmediato se nota que tiene habilidades naturales interesantes.

No necesitas partidos completos para detectar cuando alguien tiene habilidades; le falta aprender a jugar futbol, pero si alguien sabe recibir, mostrarse, ver el panorama, pegarle al balón con la dirección y fuerza precisas a donde debe ir y moverse a los espacios, como hizo este muchacho, bastan dos-tres pinceladas para ver que le sabe a esto.

Shayr pudo hacer el cuarto gol de la noche cuando acompañó a Aké Loba en una descolgada, pero el morenito se quiso comer solo el pastel y no tocó a su compañero que hubiera entrado caminando con el balón al arco.

Ojalá desarrolle ese buen futbol que tenía su padre y solo eso; los otros detalles de fodonguez y valemadrismo no le hacen falta alguna al chavo.

En ese partido de Rayados ante laguneros se vio que el equipo albiazul está casi listo para encarar el torneo que tiene nombre de videojuego.

Solo les falta ajustar ciertas guasas y tuercas en su maquinaria defensiva, hacerse a la idea de que Capitán Basanta ya no está y deben ponerse a marcar a los adversarios.

Eso de que Nico marque a Montes, los dos salten medio kilo de tortillas y se vuelen, mientras un chaparrito de 1.65 les hace un gol de cabeza en el borde del área pequeña, sí es medio vergonzoso.

Trajeron a Vegas para sustituir a Montes cuando se vaya a Europa, si es que se va, porque se quedó estacionado en su desarrollo y algo le vieron que no ha podido madurar la supuesta negociación que sigue en el aire.

En ese partido pareciera darse un contrasentido porque ese error defensivo quedó borrado por los goles marcados por tres de sus cuatro defensores. Igual, el mediocampo y el ataque se ven intratables y pueden generar mucho fútbol y sepultar en el olvido ese torneo pandémico que quedó en limbo, que a Rayados le sirvió para esconder la basura bajo la alfombra. Como que no pasó, dijo el DT albiazul. Si cerramos los ojos, no sucedió. "Somos lo actuales campeones de la Liga finalistas de la Copa y ya está".

Lo demás no existió.

Pero sí...

----
Hace tiempo escribíamos acá de la importancia de haber pateado una pelota de fútbol antes de tomar el silbato.

En muchas profesiones te hacen que practiques en el campo antes de ejercer.

Y hablamos del exjugador de Tecos, Daniel Quintero quien ahora es árbitro profesional.

Esto no te hace infalible. Te puedes equivocar. El arbitraje es una profesión donde requieres de mucha concentración, conocimiento del juego y de las reglas por supuesto, pero también de mucho sentido común.

En la final del torneíto de broma que patrocinó una aseguradora se definió con una jugada que el árbitro se saca de la manga.

El sentido común dice que si un defensor salta con lo brazos abiertos y un delantero salta después, va a quedar abajo y cuando llegue a la parte más alta de su salto, chocará con su cabeza o cara en el brazo del que saltó más.... ¿estamos?

Ya lo hice antes, pero no me voy a cansar de citarlo como ejemplo: le pregunté alguna vez a Luis Hernández, el mejor goleador de México en Copas del Mundo, cómo hacía para engañar a los árbitros enganchando un pie con otro en el área, cometiéndose él solo tantas faltas que le marcaron como penal.

Su respuesta, muy sincera, la acompañó de una gran sonrisa.

- Es que están bien pend...!

Y parece que sí...

Óscar Macías probablemente tenía una cena o reunión con amigos y no quiso que hubiera penales en la Final del torneíto éste entre cementeros y Chivas. Para no retrasarse se inventó un penal.

Que alguien le enseñe a Macías que no se puede saltar con los brazos pegados al cuerpo y que hay mucha diferencia entre golpear con el codo o el antebrazo a un rival; y un defensor intentando cabecear que impacte el brazo del defensor con la cara o la cabeza si saltó menos o después que el zaguero.

Para entender esto, se necesita sentido común y el colmillo de haber jugado un poquito de futbol, y no te digo profesional, como Quintero, bastaría unas cuantas cascaritas en la calle o en el patio de la escuela para entender este jueguito.

No deberías arbitrar fútbol sin haber jugado. Punto.

De pronto, hay personas que se vuelven árbitros porque no tienen habilidades para jugar; son potenciales futbolistas frustrados y terminan como Arturo Brizio en Francia 98, mentándole la madre al Cholo Simeone, como el cínico Chacón, y su famosa frase "a mí todos me la pe..." o inventando penales, como Macías.

Basta de ese tipo de personajes.

Histórico