¿Ya se dieron cuenta?

Miércoles 25 de noviembre de 2020

Pasada la tormenta que representó la eliminación de Rayados de una posible Liguilla, los catastrofistas sacaron el hacha para hacer pedazos a directivos, cuerpo técnico y jugadores por igual. 

Algunos, viendo culpas en los jugadores que no están bien dirigidos por un entrenador, elegido por los directivos. Operación cascada. 

Todo mundo con un evidente grado de responsabilidad y ahora lo que queda por hacer es que los dueños de la plata ponderen si sigue siendo negocio pagar millones de dólares por elementos que no producen lo que de ellos se espera.

Justo ahora, por cierto, le adelanto, los dueños de los clubes están analizando detenidamente la posibilidad de parar en seco el siguiente torneo, si no hay una remota posibilidad de reanudar el siguiente con público en las gradas. 

Definitivamente no están dispuestos a meterle más dinero al bote de la basura, porque ellos siguen pagando altísimos salarios, la operación administrativa y no tienen ingreso alguno, excepto el de la TV que no representa gran cosa comparado con lo que dejan los esquilmos y la taquilla.

Claro, previendo eso, la FMF irresponsablemente acaba de lanzar la autorización para que abran los estadios al público en esta Liguilla, respetando dos factores: que solo sea el 30 por ciento del inmueble el que ocupen y que antes reciban la autorización de las autoridades estatales de salud.

Por suerte, en Nuevo León ya dijeron que no. 

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Rayados, en ese partido ante Puebla, mostraron una forma de juego coherente, tratando de aumentar el marcador para no verse apurados como Tigres que terminó con el rosario en la mano y colgado del travesaño.

Monterrey defendía con la pelota 40 metros adelante de su arco, pero un error de marca propició el penal que llevó todo a definir el pase desde los ONCE metros, y ahí se acabó el corrido.

Un arquero de mucha más personalidad y tiradores con más sangre fría y tino fueron la diferencia de sacar, unos, buenos boletos para volar a la siguiente sede y otros, para la playa.

El equipo que ganó todo, no le pudo ganar al Puebla... ¡Al Puebla! Hazme el favor... Un equipo con menos presupuesto, pero más agallas, por decirlo con propiedad.

En apariencia, se cayó el maquillaje y algunos ya se dieron cuenta -o tal vez no- que les siguen vendiendo humo.

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Por los rumbos de San Nicolás, Tigres se empeña en jugar con la vida de su entrenador y terminaron urgidos, pateando elegantemente la pelota de punta y para arriba y al final salió con el triunfo que los mantiene en la Liguilla. Jugando a su estilo, como si le importara poco el juego y le diera lo mismo ganar que perder o empatar. Esto de que no le importe puede no ser del todo cierto, pero esa impresión da. 

Ahora, van contra la Máquina, que pitó muy fuerte en un principio, luego avanzó en neutral, de bajadita y al final del torneo, les dieron dos o tres cachetadas que lo mantuvieron arriba de la tabla por el crédito obtenido jornadas atrás, pero no cerró tan bien.

Digamos que el duelo será parejo, tanto, como el escuálido puntito de diferencia que hubo entre uno y otro al cierre de las operaciones.

¿Quién es el favorito?

Bueno, luego de ver que los Tigres son Nahuel, Gignac y otros nueve tibios, el numerito ofrecido ante Toluca y ver la poderosísima escuadra de Siboldi, aún así, Tigres. 

Sí, señor.