¿Hugo, al quite?

Miércoles 30 de diciembre de 2020

Tan accidentado y polémico fue aquel juego Cruz Azul-Pumas, donde algunos cementeros se hicieron los disimulados a la hora de pelear con fiereza la pelota, en ese duelo que ganaban 4-0 en la Ida, como lo fue el cese de Robert Dante Siboldi y la elección de un nuevo entrenador.

Hay quienes ya dan por el hecho la firma de Hugo Sánchez como el nuevo DT celeste, luego de que no pudieron llegarle al precio a los argentinos Almeyda y Mohamed.

La bronca con los sudamericanos, no es sólo que piden un costal de dólares por año, sino que quieren blindarse por dos o tres años más, para que, si los echan porque les salgan mal las cosas, en la rescisión del contrato se lleven carretadas de dólares, sin trabajar. O sea, en premio a su ineptitud. Les pagan los contratos completos con tal de que no sigan haciendo daño en el club. Así jala este negocio. 

Paco Palencia sonaba como otro candidato para el timón celeste, pero todo hace indicar que se inclinan por Hugo, quien en algún momento hizo bicampeones a los Pumas y sólo esa palomita tiene en su carrera como entrenador. No le fue del todo bien en selección, en un equipito español llamado Almería, en Necaxa y Pachuca, además de que tiene ocho años dirigiendo, pero desde los micrófonos de ESPN. 

Paco Gabriel de Anda y Chaco Giménez suenan para ocupar el cargo de director deportivo en Cruz Azul, en lugar de Jaime Ordiales, quien podría salir de la institución.

En tanto, otro ex merengue que viene de dirigir al Real Madrid, Santiago Solari, se incorpora a las filas americanistas en lugar de Miguel Herrera.

Ya vimos que la crisis económica ha permitido que un DT que apenas el año pasado dirigió a un equipo de élite mundial, esté al alcance de un equipo como América. Solari se formó en las inferiores del club merengue como entrenador y llevó una carrera bastante gris como delantero.

Jugó en River, en Atlético de Madrid, Real Madrid, el Inter de Milán, regreso a tierras argentinas con San Lorenzo, lo trajo a Cancún el Atlante y terminó su mediocre carrera en el Peñarol de Montevideo.

Sin tener logro alguno, le dan el América, un club que igual puede poner de entrenador al que esté de moda en México -como hicieron con Mohamed y luego con Matosas-, pero normalmente dan palos de ciego en ese sentido y cuando las cosas se ponen difíciles, buscan la manera de llevar copas a sus vitrinas al precio que sea.

Con un historial de 32 partidos dirigidos en la liga española, no hay forma de tener una referencia sólida para pensar que sabe hacer bien su trabajo. 

Lo sabríamos si hubiese logrado 22 victorias de 32 juegos en la liga ibérica dirigiendo al Eibar, al Villarreal, al Elche... Con el Madrid, lo hubiera hecho hasta Manolo el del Bombo.

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Los aficionados de Tigres andan todavía con la sonrisa en la boca, disimulada por los tapabocas, para evitar el contagio en tiempos de esta pandemia letal que está sacrificando personas en forma indiscriminada.

Los que le van a los felinos, por fin lograron quitarse el estigma de que su equipo no ganaba ningún título internacional, salvo casi todos los amistosos de los partidos "moleros" -como estos también-, que ya son una maldita costumbre en tierras texanas.

Con la llegada de Aldo Cruz y Carlos González, dos jugadores de escasas luces y mucha suerte, Tigres podrá reforzar el lado derecho de su banca, a donde seguro llegarán estos dos muchachos para oxidarse los próximos años, según dicta la tradición felina. 

¿A poco no?