JUEVES 25 ABRIL, 2024

Sin camisetas

Miércoles 27 de enero de 2021

Hace unos días, luego del partido que sostuvo Tigres frente al Atlas, un post en Facebook levantó varios comentarios de desacuerdo por lo ahí escrito.

Decía algo así como que tan despintado, como insípido y valioso había sido el triunfo de los felinos ante los Rojinegros.

Hubo quien decía que se denigraba el resultado y algo así como que: "Y eso que ganaron, no quiero saber si hubieran empatado o perdido".

Y bueno, es normal que los fans de Tigres vean los partidos, los resultados y el futbol en general, diferente de quienes no lo somos y vemos este jueguito desde otra óptica, sin camisetas puestas, sin pensar si son amarillos o de rayas azules y blancas.

En descargo de los Tigres del profesor Ferretti, hay que decir que ellos así juegan y a su afición puede gustarle o no. Son efectivos. A la gente le puede disgustar la forma, pero cualquier mueca de disgusto se borra cuando les dan una Copa.

Sucedió con un gris partido que realizaron ante el equipo de LAFC por el título de la Concacaf. Fue gris para quien esperaba más, aunque muy en lo recóndito de su corazón sabían que estos muchachos no son espléndidos y no corren un metro de más, ni aceleran, ni desbordan, ni se gambetean a nadie, ni tiran a la puerta si no hay necesidad de vida o muerte. Tiraron dos veces e hicieron dos goles.

Que se frieguen los que esperaban espectáculo, aquí no hay. 

Nadie se acordó del cómo; la Copa decía TIGRES CAMPEÓN, no decía jugaron bien gacho o ganaron con un tiro de suerte. Que no lo fue. Hugo Ayala de cabeza con un frentazo sensacional y luego Rodríguez encontró una duda y una calzada para transitar, avanzó, avanzó, en lugar de ir al centro, dobló la esquina tocó a Gignac y ciao. Campeones. Dos veces tiraron a la portería. ¡Dos veces! Ninguna la rozó siquiera el arquero. 

Bueno, aquel juego ante los angelinos, fue tan poco potable como el triunfo ante Atlas, un Atlas en una de sus peores versiones de todos los tiempos. A la afición tal vez ni le importe el cómo, resultadista como es, le interesa el objetivo final, los tres puntos, no la forma. 

A otros nos interesa el futbol y nos repatea el poco respeto que muestran algunos equipos por este jueguito. 

Los vimos nacer hace casi cinco décadas, cuando llegaron de Segunda y se batieron como bravos ante la UdeG para poder ascender, aquellos no tocaban lateral y atrás para deshacerse de la pelota, tal es el copyright de la casa. 

Y por décadas le hemos visto a Tigres mucho mejor futbol que el actual; con menos trofeos, pero más respeto por la pelota y el jueguito éste. 

Hay quien piensa que lo que hace Tigres se parece al tiki-taka del Barcelona cuando tenían a Busquets, Xavi e Iniesta en la orquesta, acompañando a Messi. Tal vez, nada más que acá a distinta velocidad. Predecible es el calificativo más decente para describir su performance. 

De aquellos comentarios del post-Atlas, hubo quien sugería que prefería verlos así y ganando, que jugando bonito y perdiendo. 

Y está bien es su equipo y pueden sufrir o gozar con el poco futbol, pero las Copas ahí están. Quieren triunfos y títulos, el cómo los consigan no les importa mucho, por lo que veo.

Hay quienes preferimos el futbol espectacular, de velocidad, desafiante, de sorpresa, bien jugado y con eso estás más cerca de ganar que de perder o empatar. No hay vuelta de hoja. 

Probablemente, la raza futbolera de ese tiempo se acuerda más de una leyenda que hizo magia con su futbol y el de su equipo. Se llamaba Johan Cruyff y junto con Neeskens, Rep, Rensembrink y los gemelos Van Der Kerkof hicieron historia jugando en los mundiales de 1974 y 1978.

Cuando se habla de futbol espectacular, nadie nombra a la Italia de Gaetano Scirea, Cabrini, Conti, Altobelli, Gentile, Collovati o el capitán Dino Zoff, que levantó la Copa Mundial en 1982; es decir, nadie menciona como ejemplo positivo ese futbol medroso que los llevó al título.

Estamos hablando antes de que los franceses, los holandeses, brasileños o Diego llegaran a pintar de colores el futbol de la Serie A y darle una dimensión diferente a ese futbol básico de poco riesgo.

Tigres tiene en el Mundial de Clubes la posibilidad de trascender si se sacuden las telarañas, aflojan el nudo de la corbata y se sueltan la greña.

Si no, no.

Rayados le dejó la cinta alta. 

Los ojos de la afición regia, no sólo la suya, los tendrán encima para ver si pueden superar aquella gran actuación que logró el Monterrey en 2019.

Esperamos a verlo...

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