VIERNES 19 ABRIL, 2024

Tigres no es la Liga MX

Lunes 01 de febrero de 2021

El Mundial de Clubes ofrece características muy particulares. Para los equipos europeos y sudamericanos es el plus, la meta adicional a su principal objetivo conseguido a nivel continental.

Ganar la Champions y la Libertadores les da un currículum enorme a los campeones. El torneo de la FIFA también cuenta, pero en otro historial. Tiene sabor, pero no es el mismo.

Ningún equipo de estas confederaciones tiene como objetivo central llegar al Mundial de Clubes cada año. El principal propósito de los clubes europeos y sudamericanos está en ganar el trofeo estrella. De ahí en adelante, lo que venga a favor, decora aún más la corona.

En la Concacaf se da un efecto inverso. Jugar un Mundial de Clubes, codeándose con equipos de talla ancha, es una obsesión. Incluso, llegar a esta competencia es mucho más estimulante que estar. Una vez adentro, la cuestión es disfrutar la oportunidad del sueño cumplido.

El Mundial de Clubes nunca está nivelado. Muestra, en todo caso, las diferencias competitivas entre las regiones futbolísticas.

Una Champions o una Libertadores son torneos calibrados a otras alturas, independientemente de las ventajas que la UEFA le ha ido sacando a la Conmebol en los últimos 20 años.

Así y todo, la Concacaf no está en esa órbita y posiblemente nunca lo esté. No es cuestión de futbol-juego, sino de competencia, de rivales, de roce y, principalmente, de jugadores.

Para Tigres, llegar a este torneo representa su primera experiencia internacional. Algo nuevo que, con hacer una buena campaña, se puede dar por buen servido. Que puede competir, seguro. Al final del día esto es futbol.

Tampoco hay que esperar grandes sorpresas. El Bayern Múnich está en otro nivel por múltiples razones, entre ellas, el poder económico y su estructura deportiva. En el futbol alemán no hay lugar para las improvisaciones. El Bayern ha vivido los últimos años refundando su estilo, pero conservando la calidad de ejecución.

Palmeiras quizás hoy no sea el gran equipo brasileño, pero trae el sello competitivo sudamericano: una combinación de astucia, empuje y picardía. Lo suyo es más terrenal, alimentado por ese sentimiento de futbol-barrio que tiene al atrevimiento como bandera.

Lo de Tigres está más cerca a lo que se ve en la Conmebol, pero no se sabe a qué distancia está de sus rivales en Qatar. Es una buena oportunidad para descubrirlo, pero desde ya no habrá conclusiones absolutas.

Tigres no es la imagen del futbol mexicano. Si su nivel es bueno o malo no tiene nada que ver con la Liga MX. Hacer esa relación es muy absurdo.

Si vamos al caso, el Bayern no es la Bundesliga. Es una comparación sin lógica. Hay decenas de equipos alemanes que apenas sobreviven en el torneo. Lo mismo pasa en México y en Brasil.

Tigres va en representación de la Concacaf y punto. Lo que haga o deje de hacer ya dependerá de su futbol y de la suerte que tenga. Lo que sí es una certeza, es que participando a ese nivel de competencia, para Tigres es ganancia pura.

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