Lunes 15 de febrero de 2021
¿Qué más podía hacer Tigres frente al Bayern Múnich además de patear al arco? Ferretti ya había advertido que le iba a jugar así, conservando y afianzando la línea destructiva, y arriesgando lo menos que se pueda para evitar ser sorprendidos. El resultado fue un accesorio que puso todo en su lugar, más allá del gol polémico y de las formas.
Tigres perdió la Final del Mundial de Clubes frente al campeón de Europa. Si bien esto es futbol y por más que se quiera encontrar alguna coincidencia competitiva, no hay equivalencias de un continente a otro.
Desgastarse en debatir sobre cómo le jugó Tigres al cuadro alemán es tan ridículo como creer que hoy a Liga MX a la altura de las Ligas europeas.
Sin embargo, a Tigres hay que reconocerle semejante mérito. Haber llegado hasta la Final, hacer historia y entrar en el radar mundial por algunos días es la gloria misma. Esto fue un hecho y vale oro para el club. Lo demás, lo que opine la crítica futbolera de Tigres, es subjetividad pura.
#LaOpinión | Nuestro compañero @Mario_Sanchez1 sostiene que, si bien lo de #Tigres fue muy bueno en #Qatar2020, no todo mundo está obligado a rendirle pleitesía.
— ONCE Diario (@oncediariomx) February 15, 2021
???? Tigres y su sueño cumplido.
???? En Qatar no se hizo “grande”.
???? Inoportuno reclamo de Gignac. pic.twitter.com/IawgUSR31L
También hay que decir que un Mundial de Clubes tampoco es la medida exacta de los niveles del futbol. Y menos lo fue esta edición, tan atrofiada por el calendario y tan dispareja en cargas competitivas.
Palmeiras, por ejemplo, fue el peor equipo brasileño que haya pisado un torneo intercontinental y Tigres tuvo la suerte de tenerlo en su camino. Es decir, hay muchos factores a tener en cuenta en estos tipos de torneos que casi siempre tienen una lógica y las sorpresas suelen ser muy esporádicas.
Tampoco una participación en un Mundial de Clubes da acciones para la grandeza de un equipo. Lo de Tigres fue histórico, merecido y hasta ahí lo puede presumir. Sentirse más importante, sale sobrando.
#PorSiTeLoPerdiste | Pese a las bajas temperaturas, #Tigres entrenó de cara a su partido vs. #CruzAzul. ➡️ https://t.co/AyfZrLlbMx pic.twitter.com/tHv6HngzpO
— ONCE Diario (@oncediariomx) February 15, 2021
Aparte, muchas veces se pierde humildad en cuestionar lo que les cuestionan, como ese posteo inoportuno de Gignac reclamando más apoyo entre mexicanos, en clara respuesta a la lluvia de críticas hacia el equipo. La altura también se ve en las horas bajas.
Pero los jugadores quizás piensen que todos deben rendirle reverencia por lo que ellos sienten, pero habría que avisarle a Gignac que hay un gran porcentaje de mexicanos que ni siquiera lo conoce a él ni a Tigres, y les vale gorro el futbol.
O sea, quejarse de que los critican y no los apoyan, es uno de los síntomas del narcisismo, ese complejo tan metido en el futbol, en los clubes, en los jugadores y en la prensa “porrista”, también tan necesitada de ser la atracción con un “periodismo” a bajo costo o, si se quiere, basura. Todo esto combinado con las redes sociales, es una mezcla fatal.
En fin, Tigres hizo lo que pudo en Qatar, ganó experiencia, disfrutó y punto. Querer alabar o demeritar su campaña, que está a la vista en cualquier archivo, ya es cuestión de cada quien. Eso no tiene nada que ver con el orgullo de un país. Es el resultado de un simple equipo de futbol.
Twitter: @Mario_Sanchez1