Aguirre opacó a Rayados
Lunes 29 de noviembre de 2021
Rayados murió de nada en la Liguilla y Aguirre terminó como empezó: abriendo el baúl de sus barras para escoger la mejor excusa y “justificar” o, en su defecto, intentar amortiguar el fracaso desde el verbo.
Es muy llamativo que un entrenador de largo recorrido como Aguirre tenga que acudir a los pretextos para defender su imagen, pero es más llamativo aún que lo haga convencido de que todo mundo le va a comprar su mensaje.
Aguirre debe entender que reconocer sus derrotas o inoperancia no lo hace menos entrenador. Tampoco ha sido un técnico bañado de grandes éxitos como para mirar por encima del hombro.
El título de la Concacaf fue un oasis, algo excepcional. Las series decisivas suponen otra medida porque influyen en lo emocional y muchas veces no coinciden con la realidad futbolística de un equipo.
Diferente son las cuentas que arroja un torneo de Liga donde la regularidad o la falta de esta, está mucho más atribuido al manejo de un estilo sostenido en el tiempo. Aquí es donde se dimensiona la capacidad de ejecución de un equipo.
Y fue aquí precisamente donde Rayados se quedó corto de alcance. Aguirre, en aras de llevar a sus jugadores hacia un plan con características combativas, niveló todo.
Es decir, metió a todos en la misma bolsa. Funes Mori y Janssen, por citar un ejemplo, terminaron siendo lo mismo. Igual Charly Rodríguez, Celso Ortiz y Kranevitter. El sistema Aguirre a ninguno potenció, sino al contrario, los opacó y los igualó.
En Rayados falló Aguirre y después el equipo. Todo fue una consecuencia. No fue sólo un mal torneo o algo aleatorio, más bien fue una equivocación conceptual. De estilo, de formas, de jugadores y de DT.
Porque la idea de juego, de inicio se vio que no era compatible con las características de sus jugadores. Aguirre insistió en su modelo y convirtió en obreros a futbolistas de talento.
Aguirre fue a la inversa de la lógica. Pero es un error que viene desde más atrás, desde su contratación. No había nada que vinculara a Aguirre con el ADN de Rayados.
Cuando sólo se le da bola a lo mediático para ganar en pose en el mercado y mantener la fama de club rico, pasan estas cosas. Más que armar un plantel de nombres propios, Rayados necesita armar un equipo con menos figuras y más futbolistas a tono con un plan de juego.