Lunes 06 de diciembre de 2021
En el juego de Tigres en León hubo una contradicción que marcó su eliminación: el equipo del "chingo de goles" moldeado por Miguel Herrera para atacar, fue obligado a defender un resultado.
Este detalle no es menor porque el desenlace pasó por esa codísima decisión de Herrera de elegir sobre la marcha una postura táctica que va en contra de sus propios ideales. O sea, el DT se traicionó a sí mismo, se llevó a Tigres de encuentro y a los dos les fue mal.
Herrera, en conferencia de prensa, le cargó un alto porcentaje de culpa a los propios jugadores. "Dejamos de buscar el arco y (dejamos) que el rival tomara la iniciativa. No teníamos que estar tan atrás", dijo.
No es que Tigres dejó de buscar el arco, sino que equipo se quedó sin ataque por decisión de Herrera: quitó al Diente López, a Quiñones, a Vigón -un volante mixto de mucha llegada-, al Chaka Rodríguez -un lateral con profundidad- y sí, a Gignac, su máximo referente y goleador.
Si hay un futbolista que nunca debe salir en Tigres, ése es Gignac, simplemente porque ningún otro jugador tiene la capacidad de resolver un partido como el francés. Sin embargo, Herrera lo sacó porque estaba amonestado. Al igual que Quiñones y Rodríguez.
Herrera pensó más en la supuesta Final y cuidó gente, pero descuidó el partido que necesitaba cuidar. Herrera es un DT que arriesga, pero se achicó y lo pagó.
Metió a Dueñas, a Aldo Cruz y a David Ayala -todos de corte defensivo-, a Fulgencio para correr y a González para bajar algún centro que llegara. Tigres se encogió, no por decisión de los jugadores sino por el perfil de éstos. Fue una obviedad. En algún momento el equipo se iba a tirar atrás y más porque el León provocaba esa movida.
Herrera se tiene que hacer cargo de la derrota en la serie porque pecó de suficiente, convencido de que todos los cambios le salen. Contra Santos les fue bien porque lo que hizo fue mandar todos para arriba con gente de ataque. Algo lógico. Se aplaudió su atrevimiento, pero si no le funcionaba, iba a quedar expuesto por esa acción suicida. Aparte, no le quedaba otra opción que atacar. ¿Qué más?
En León sí tenía otras opciones y la de defender era la menos recomendable y curiosamente eligió esa. Una cosa es que arriesgues atacando y otra muy diferente y peligrosa es arriesgar para defender porque quedas al filo de que te metan un gol.
La conclusión es que Herrera deberá trabajar él en soluciones para un correcto planteamiento en situaciones complejas y dejarse de ocurrencias.