Martes 22 de marzo de 2022
Perder un Clásico duele, pero probablemente al Rayados de Vucetich este resultado no lo condicione tanto. Quizás no lo aturda de cara a lo que viene, pero si debería preocuparle lo poco que hizo para jugar a ganar.
Rayados respetó demasiado a Tigres y terminó mal. No fue ni la sombra de lo que había hecho en los partidos anteriores. El equipo respondió a los temores de Vucetich, quien prefirió anular al rival porque definitivamente no tuvo el valor de cruzar el aro de fuego y discutir el partido a otras alturas.
Pero no hay nada que sorprenda. Vucetich es de condicionar mucho el juego de sus equipos dependiendo de la horma del rival. Sin embargo, en el Universitario, era una buena oportunidad de tomar riesgos y liberar de ataduras tácticas a sus dirigidos.
Estamos de acuerdo que en el PT le salió la fórmula, pero Rayados sólo llenó el casillero de protegerse mejor y le trasladó los problemas a Tigres. El detalle es que no supo por qué lado atacar porque no era una prioridad.
Además, tampoco tenía las herramientas idóneas para hacerlo, porque si Meza, Pizarro y Campbell estaban más entusiasmados por correr y neutralizar que por ser opción de pase y generar, fue muy evidente que el plan del partido estuvo ligado a la recuperación. Luego, con la pelota en los pies, se quedó siempre sin caminos ni mucha menos potencia.
Rayados no sólo dejó una imagen de equipo mezquino, sino que también demostró no tener otro "9" cuando no está Funes Mori. El holandés Janssen ya dio todo, si es que traía algo en su mochila.
Su juego sigue siendo muy torpe para las respuestas futbolísticas que les reclama Rayados. Janssen tiene el hándicap de ser europeo y ese rótulo parece que lo exime de culpa y cargo. Para Cardona y para otros tantos delanteros que pasaron por el área, la tolerancia fue muchísimo menor.
El Plátano Alvarado hoy merece más oportunidades que Janssen y es mentira eso de que todavía hay que foguearlo. Si un jugador profesional a los 22 años todavía necesita tiempo de ensamble y roce, es porque algo se hizo o se está haciendo mal.
Pizarro es otro futbolista que no marca diferencia, pero ahí sigue, y con dos o tres jugaditas ya parece cumplir con su propósito. Es cierto que está el siempre subjetivo tema de la jerarquización, pero si a estos tipos de jugadores se los encuadra dentro de un planteamiento conservador, lo más probable es que se destiñan más.
Quizás sea muy pronto para saber en qué modulación reposará el futbol de Rayados. Lo que hizo en el Clásico descolocó un poco comparado a juegos recientes.
Pero también es pronto y Vucetich está a tiempo para medir el agua en aras de equilibrar su idea con el perfil de las individualidades que tiene, y si es que le sirve el dato que, en tal sentido, Aguirre se equivocó feo.