Martes 08 de noviembre de 2022
Es increíble la diferencia que existe entre un equipo y otro. Más allá de cuánto lo intente Rayadas, de lo mucho que invierta en refuerzos, en una DT mujer (y muy preparada), las alegrías siempre terminan del lado de Tigres.
Sí, sé que ganó una Final hace poco, pero estamos hablando de cinco eliminaciones de uno, contra las dos de otro. Nunca, jamás, volverá a tener oportunidad semejante, de enfrentarse a unas felinas tan disminuidas por las ausencias.
Sin Stephany Mayor, la más determinante; con Uchenna Kanu y la conmoción cerebral que le impidió estar. Lo único que debía prestar atención Eva Espejo era a los movimientos de Ovalle, y no descuidar a Fishel. Su equipo hizo todo lo contrario.
No se entiende cómo Rayadas pasó de dominar con tranquilidad a ser tan dominado. Porque, si Tigres estaba fino, liquidaba el pleito en los primeros 20 minutos del segundo tiempo. El gol de la Maga llegó tarde, pero también dio tranquilidad.
Moscato “se recibió” de DT en la Liga con los ajustes que hizo. Y no se trató de sacar o poner a alguien, sino de plantar a su equipo 15 o 20 metros más adelante, ser más corto y que no quede tanta distancia entre la dupla central y las delanteras. Fue muy simple la manera en que se impuso.
Rayadas hace rato que tiene las mismas futbolistas en el mediocampo y en el ataque. Contrata refuerzos, pero no los usa, los deja en la banca. Solo depende de algún chispazo de Rebeca Bernal. Si un equipo necesita que su central lo salve, algo anda mal.
Aviléz es joven, tiene mucho por dar. ¿Olivieri? ¿Salas? La diferencia entre ambos fue que Tigres compró extranjeras y le sacó jugo, las puso a jugar. Y que tiene una futbolista distinta como Ovalle, quien aparece siempre en los peores momentos. Noriega tiene trabajo.
Twitter: @GiraudiMatias