De recortar una Copa en un cartón y pegarla en su cama, pasó a tener la posibilidad no sólo de soñar, sino de jugar por el trofeo en un Mundial.

La historia de Jesús Gallardo recuerda a un niño que se ilusionaba con portar la playera de la Selección Mexicana, al grado que cuando recibió su primera convocatoria, se revolcó en el piso a llorar de felicidad.

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El próximo refuerzo de los Rayados charló con el diario Récord donde confesó cómo vive sus sentimientos a punto de viajar a Rusia para la Copa del Mundo, recordando el trabajo que le costó saliendo desde lo más bajo.

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"Recuerdo el de Sudáfrica, ese es el Mundial que siempre veía, llenaba el álbum. Desde niño yo recorté la Copa en un cartón, la recorté y la pegué donde yo dormía y siempre que me despertaba le decía a mi mamá que iba a estar ahí", comentó.

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El de 23 años se puso emotivo al recibir su primer llamado en 2016, donde Rodrigo Ares de Parga, presidente de Pumas, le dio la noticia.

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"Me solté a llorar, no podía ni hablar con él. Me dijo que me daría cinco minutos, ahí empecé a llorar, gritar, me revolqué en el suelo, no sabía qué hacer. No me había dado cuenta que iba a cambiar mi vida".

Fotografía: MEXSPORT