Viernes 26 de junio de 2020

Hace 50 años existió una Selección Mexicana que hoy en día ha sido abandonada en la historia o, mejor dicho, no se le ha dado el reconocimiento merecido en nuestro país. Un combinado que llenó recintos y le pegó a grandes potencias.

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No, no se trata del TRI de 1970 ni el de 1986, los únicos en jugar Cuartos de Final en una Copa del Mundo. Tampoco hablamos de la Selección que ganó la Copa Confederaciones de 1999.

El combinado que, aunque no ganó un campeonato, se topó y sin miedo venció a los grandes en los mundiales fue la Selección Mexicana Femenil de 1970-71 en un torneo que se llevó a cabo hace ya casi medio siglo.

EL PRIMER TORNEO

En aquellos años, específicamente en 1970, el primer Mundial Femenil vio la luz en Italia. Sin embargo, éste no fue organizado por la FIFA, sino por la Federación de Futbol Femenino Europeo Independiente (FIEFF, por sus siglas en inglés).

En dicho certamen participaron seis selecciones europeas y México, que venció en su primer partido al representante de Austria con un aplastante 9-0. Para la Semifinal, el TRI no pudo ante el anfitrión y cayó por 2-1. Posteriormente ganó 3-2 a Inglaterra y logró el tercer puesto. Por ello, la Selección fue elegida como el equipo revelación del torneo.

MÉXICO ANFITRIÓN

Un año más tarde, la justa se jugó en tierras aztecas. Participaron seis países: Argentina, Inglaterra y México, en el Grupo 1. Así como Italia, Francia y el campeón de la primera edición, Dinamarca, en el segundo sector. En la ronda clasificatoria quedaron eliminados Austria, Holanda, Suecia y Costa Rica.

El sistema de competencia era muy sencillo: cada equipo jugaba ante sus dos rivales del grupo y el primer lugar de cada sector enfrentaría al segundo del otro pelotón en las Semifinales. El Grupo 1 llevaría a cabo sus duelos en el Estadio Azteca y el 2 en el Jalisco.

El evento fue patrocinado por Martini & Rossi, marca italiana de bebidas. Algunos otras marcas fueron Carta Blanca, Lagg’s y Dietafiel, mientras que la mascota fue Xóchitl, una joven futbolista vestida con los colores de México.

Entre las jugadoras nacionales de la época estaban Patricia Hernández, Guadalupe Tovar, Elsa Huerta, Irma Chávez, Bertha Orduña, Lourdes de la Rosa, Martha Coronado, así como las más conocidas: Alicia La Pelé Vargas y María Eugenia La Peque Rubio.

EL INICIO

En aquel entonces, las entradas al Azteca tenían un costo de entre $30 y $80 pesos y la respuesta de la gente fue impresionante. Llegó el domingo 15 de agosto y el juego inaugural fue México ante Argentina. El Coloso de Santa Úrsula quedó abarrotado con los 100,000 asistentes llenaron el recinto.

Poco después de las 12:00 horas inició el encuentro y a los 21’ cayó la primera anotación, obra de La Peque Rubio. Luego, Hernández amplió la ventaja a los 30’ poco antes del descanso, ya que en ese entonces se jugaban dos tiempos de 35 minutos.

En el entretiempo hubo algunas actividades en la cancha, como bailes regionales y una representación de un juego con pelota mixteca. El cotejo se reanudó y terminó 3-1 a favor del TRI -La Peque marcó otro-, provocando la alegría tanto de aficionados como de las futbolistas. "Estoy feliz, estoy feliz", dijo al final La Capi Tovar.

El siguiente partido del grupo fue el 21 de agosto, cuando Argentina goleó 4-1 a Inglaterra. Cabe recordar que el conjunto europeo llevó a una selección muy joven, incluyendo a Leah Caleb, Gill Sayell y Chris Lockwood, de 13, 14 y 15 años, de manera respectiva.

Esto también fue aprovechado por México, que un día más tarde aplastó 4-0 al conjunto inglés, con anotaciones de Aguilar (2), Huerta y Zaragoza. La gente nuevamente respondió en las gradas: 80,000 espectadores.

Con ello, el cuadro local accedió a la Semifinal como líder de su sector. Su rival fue Italia, conjunto que lo eliminó un año antes en la misma instancia. La sed de revancha brotó en las jugadoras. Por su parte, Argentina enfrentó a Dinamarca en la otra llave.

El 28 de agosto fue el primer juego de esta ronda. Las danesas no tuvieron problema y pasaron por encima de las sudamericanas, propinándoles un 5-0 y, un día después, llegaría el duelo estelar.

Ante una entrada que rondó ahora las 90,000 personas, Italia se fue al frente en el marcador apenas al minuto 6, pero el TRI respondió y con dos penales de Hernández a los 7’ y 24’ le dio la vuelta, para un 2-1 que ya no se movió.

Algunos partidos fueron rudos y este fue uno de ellos. Además de que el equipo italiano era bravo y llegó a los golpes y empujones ante México y contra Francia, en la ronda grupal. Incluso, en aquellos años circuló una imagen de una futbolista italiana siendo cargada inconsciente rumbo a los vestidores, producto de una bronca ante las francesas.

LA POLÉMICA

Se acercaba el día de la Final, pero no todo fue color de rosa. Dos días antes del encuentro llegó la polémica más fuerte: México amenazó con no jugar. ¿El motivo? Las futbolistas pedían una compensación económica.

"Nosotras estábamos pidiendo $1 millón de pesos por toda la temporada para las 16 jugadoras que éramos, el director técnico, el preparador físico y el médico. Se nos echó encima la prensa porque decían que cómo era posible que nosotras pidiéramos dinero, si éramos amateur", comentó La Pelé Vargas.

Los argumentos principales fueron que muchas de las jugadoras tuvieron que dejar su trabajo o el estudio para poder prepararse para dicho certamen. Las danesas, por su parte y para complicar más las cosas, señalaron que no jugarían si las mexicanas recibían dinero.

Al final de cuentas, para convencerlas de jugar, se les prometió después un partido a beneficio de las familias de las futbolistas. Aunque esta distracción, junto al poderío de Dinamarca, perjudicó al TRI.

LA FINAL... Y PUNTO FINAL

De acuerdo con diversas fuentes, a la Final acudieron aproximadamente 110,000 aficionados, que presenciaron el segundo título de Dinamarca, tras vencer 3-0 a México. La mayoría de las futbolistas rompieron en llanto luego del silbatazo final, pero luego fueron invitadas a festejar junto a las europeas.

Contra todo pronóstico y a pesar de las tremendas cifras de asistencias, nadie imaginaría que esa fue la segunda y última edición de dicho torneo. No fue sino hasta 20 años después (1991) cuando se llevaría a cabo la primera Copa del Mundo Femenil –organizada por la FIFA-, en China.

Los reflectores que dejaron aquellos torneos fueron un punto de inicio para que los clubes europeos vieran el talento mexicano femenil. Tal es el caso de Alicia Vargas, quien estuvo cerca de dar el salto.

Lamentablemente, la espera por una liga profesional terminaría pasando factura y el tiempo ya no le alcanzó. Mencionó que el desempeño del TRI en esos dos años fue tan inesperado que no se supo qué hacer.

Fotografía: Mexsport