Miércoles 15 de julio de 2020

Hace cinco años que debutó André-Pierre Gignac en Tigres, cuando nadie pensaba en la importancia que tendría con el paso del tiempo para el club y el futbol mexicano.

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El 15 de julio de 2015, el delantero francés fue parte del ONCE titular de Ricardo Ferretti para jugar la Semifinal de Ida de la Copa Libertadores de América. Ese día se presentó en el Estadio Beira-Río del Inter de Porto Alegre.

La noche no fue buena para él porque se estrenó sin gol y con derrota. Los regios fueron superados en 10 minutos con dos goles de Andrés D'Alessandro y Wanderson Ferreira, terminando el juego con un 2-1 en contra gracias al descuento de Hugo Ayala, quien terminó expulsado.

La sensación que dejó el delantero no fue mala, pero tampoco tuvo el peso que se le dio en el juego de Vuelta donde marcó el 1-0 que representó el empate global, en el Estadio Universitario.

En Brasil apenas y tuvo un remate a gol que detuvo el portero Alisson Becker –ahora con Liverpool-  en una jugada de contragolpe que falló en el mano a mano. Su compañero, Rafael Sóbis, le hizo dupla, pero la falta de comunicación y adaptación era evidente.

Ahora, a cinco años de ese partido, André es reconocido como el delantero más productivo en el futbol mexicano con 112 goles en Liga y 28 asistencias. Es distinguido, aparte, como el jugador que más ha anotado en la historia de su club, con 126, superando la marca propia de Tomás Boy de 104 y la de Humberto Suazo, en cuanto a goleadores del estado de Nuevo León se refiere, pues el rayado hizo 121.

No ganó la Copa Libertadores, pero su palmarés no deja de ser envidiable: 4 títulos de Liga, 3 Campeón de Campeones y una Campeones Cup. Le faltó ganar la Copa MX, que ya desapareció, la Leagues Cup y la Liga de Campeones de Concacaf. Aún así, el dos veces campeón de goleo es considerado por la mayoría como el mejor futbolista con el que Tigres se pudo reforzar.

Fotografía: Mexsport