Viernes 09 de octubre de 2020

No es tan conocida porque su trabajo se basa en hacerlo de manera silenciosa. La mano derecha de Roberto Medina, pero a la vez, la fuente de confianza de las jugadoras. Karina Báez es el puente invisible que une las piezas que componen la maquinita llamada Tigres Femenil. Y, al igual que todo el plantel, se muere de ganas de consagrar tanto esfuerzo con un campeonato.

No figura en la foto ni da autógrafos, pero su aporte es gigantesco. Es una de las dos mujeres auxiliares que tiene la Liga MX Femenil y después de un largo recorrido en la materia, sueña con algún día largarse de entrenadora principal. “Una se siente lista”, le dijo a ONCE.

Fue ayudante de Eva Espejo, contó cómo fue el encuentro con la actual entrenadora de Pachuca, con quien tiene una relación de años. Un camino estrecho en el futbol universitario y una rara convivencia entre el futbol y su carrera. Con el título de abogada bajo el brazo, Karina quiere conseguir, de una vez por todas, el de campeón de México. "Es una necesidad", arremetió.

Para los que no saben, ¿Cuál es tu función en el cuerpo técnico de Medina?

"La función de auxiliar es un punto medio en donde tengo que apoyar a Roberto, hacer análisis de video del rival y nuestro. En los partidos, estar muy atenta no solo donde está el balón, sino lo que está pasando más adelante o atrás, para detectar los ajustes durante el juego.

"Estudiar mucho contra quien vamos a jugar, si hay variantes en su formación o sistema. También estar muy atenta a lo que está pasando en el grupo, detectar cualquier detalle que salte en ese momento. Él filtra información y es el que al final toma las decisiones".

¿Cómo se dio tu llegada? ¿Conocías a Roberto Medina?

"Lo conocía como rival. Me tocó venir con un equipo de la UNAM a una Olimpiada Nacional, y también ir a jugar contra equipos de Selecciones Menores al CAR en Ciudad de México. Es alguien muy conocido en el futbol femenil, lo conocí en alguna reunión que hubo con clubes de Liga MX, él todavía estaba en Selección Mayor. Me acerqué y hablé con él temas físicos, de fuerza. Nos conocíamos de vista, de haber coincidido en eventos de futbol femenil".

¿Te buscó para venir a Tigres cuando saliste de Pachuca?

"Digamos que nos buscamos y ya".

¿Cómo es tu relación con las jugadoras? ¿El género tiene que ver en cómo se llevan día a día?

"Estoy más cercana, sobre todo de las que están como sustitutas. Me toca estar allegada a ellas en el parado de equipo, me toca dirigir esa parte. Tiene que ver el género, pero lo que encontré es que las jugadoras son muy abiertas y muy maduras, el cuerpo técnico es muy maduro.

"Quizás tienen más confianza porque Roberto trae mil cosas y se me pueden acercar a hacer un comentario, yo lo comento con Roberto. Soy ese puente para hacer llegar información que ellas detectan".

Se les escapó, estuvieron cerca y dolió. Viendo al equipo que armaron, ¿Significaría la cereza del postre el campeonato?

"Sí, queremos la cereza, queremos cinco o seis cerezas, las que se puedan. Es una necesidad el poner la cereza en el pastel. El torneo pasado íbamos arrasando, goleadora, mejor ofensiva, defensiva, líderes. Necesitamos darle continuidad, no a lo que iniciamos este torneo o el pasado, sino hace un año”.

Abogada de profesión

En México es muy común que las jugadoras lleven su carrera futbolística a la par de la universitaria. Karina Báez no fue la excepción, salvo que lo suyo fue más allá de hacerlo como jugadora, sino que también lo hizo entrenando.

Es una necesidad el poner la cereza en el pastel. El torneo pasado íbamos arrasando, goleadora, mejor ofensiva, defensiva, líderes.  

 

Karina Báez, Auxiliar Tigres Femenil

No importaba de qué edad, ni de qué género, la actual auxiliar de Tigres siempre tuvo un equipo a su cargo. Fue jugadora y luego entrenadora del representativo femenil de la UNAM, con los que participó de diferentes competiciones, dentro y fuera del país. La vida le puso a Eva Espejo en el medio, que la convenció de dedicarse de lleno al futbol.

Vamos a ir más atrás. ¿Cómo fue tu formación? ¿Tuviste una carrera como futbolista?

"Comencé un poco grande a jugar, a meterme a un equipo. Entré a los 16 años a un equipo que se llama Andrea Soccer. Entré a la Universidad, estudié la Licenciatura de Derecho en la UNAM, y es donde hice el clic".

¿Ahí te metiste de lleno con el futbol?

"Estuve cinco años en el representativo del futbol de la UNAM, participamos en Universidad Nacional, Nacionales de categoría libre, Copa TELMEX. Fuimos a una gira en Canadá, en Brasil. Nos gustaba mucho y veíamos la manera de tener más fogueo del que teníamos en el país”.

¿Y cómo siguió?

"Terminé la carrera, iba a dedicarme a ser abogada. Desde 2003 o 2004, en la UNAM tienen un programa llamado Pumitas, trabajé en algunas escuelas. Salí de la carrera, era abogada y trabajaba como asistente jurídica, pero no soltaba Pumitas, ni trabajar como entrenadora de un colegio".

Es decir, que ya tenías el título, todo listo para ejercer. ¿El futbol pudo más?

"Estoy titulada, hice un protocolo para entrar a la maestría de política y derecho, me lo aceptaron, pero yo me frené. En 2010, conocí a Eva Espejo, me dijo que tenía una empresa de futbol y me podía recomendar, era como una agencia de entrenadores. Ahí conocí a Eva, y ella desde ese tiempo me insistía de por qué no estudiaba en ENDIT, pero yo no quería ser entrenadora".

¿Pero seguiste igual o no?

"Igualmente, seguía avanzando y tenía más grupos de futbol. Salí de esa empresa en 2012. Ese año fue un parteaguas, me invitaron a la UNAM para trabajar con los representativos en la categoría Sub 17. Me invitó mi ex entrenador del representativo. Dije que si, al final, regresaba a la alta competencia, pero desde el banquillo. En 2015 me metí al ENDIT, era una modalidad mixta, eran clases virtuales, con exámenes presenciales. Terminé en 2017, y de esa generación nos tocó a varios estar en Liga MX Femenil”.

Después de tanto camino recorrido, ¿Te dan ganas de largarte algún día como entrenadora principal en la Liga?

"Sí, claro. Es mucho de feeling, desde el inicio uno se envalentona, como hace dos o tres años, de decir que ya estás lista, pero vas avanzando, creciendo, sigo aprendiendo, observando. Hay un punto donde una se tiene que sentir lista, y creo que sí".

Eva Espejo, un ejemplo

Eva Espejo es la entrenadora de Pachuca, equipo que fue siempre protagonista a lo largo de los torneos. Con Karina tiene una relación de varios años y, como contó Báez, fue la que le dio el empujón final para volcarse de lleno a su actual actividad.

Trabajaste mucho tiempo con Eva Espejo. ¿Cómo fue tu evaluación de esos años con ella en Pachuca?

"Muchísimo aprendizaje. Antes de Pachuca, trabajaba con equipos que competían en Olimpiada Nacional en la UNAM y era el nivel más alto a nivel amateur. Al entrar a un club, hay cosas que se manejan diferente en el futbol profesional. Desde que uno ya no es todóloga, porque ya tienes preparador físico, entrenador de porteros, te hacen la vida más fácil. Además, hay especialistas y puedes poner atención en otras cosas".

¿Cómo la definirías?

"Eva es una directora técnica que se ha preparado, que le gusta leer mucho, que transmite mucho lo que estudia y observa, le gusta transmitirlo a las jugadoras. La función era similar, nos tocó una plática con Hans Westerhof, es muy directo y duro cuando te va a hacer una crítica, como aprendizajes muy finos, como si tu DT está viendo la ofensiva tú debes ver la defensa, que no veamos lo mismo, que debo estar viendo lados ciegos".

¿Eso te ayudó mucho?

"Una va creciendo con cosas que no me había tocado vivir, me tocó trabajar con categorías de niños en las Fuerzas Básicas Sub 13, era parte de la función que teníamos que hacer como entrenadores, también el trabajar con otro entrenador y niños fue de mucho aprendizaje".

La afición de Tigres Femenil

Son repetidas las veces que personas que ven al futbol femenil regio desde fuera del estado, se sorprenden por el grado de pasión que manejan los hinchas de Tigres Femenil y Rayadas. Plantel de jerarquía el de las felinas, al cual Báez cree que le da el cuero para animarse a algo más grande…

¿Con qué te encontraste en Tigres? ¿Era algo parecido en estructura e importancia que le dan a la categoría?

"No. En Tigres, algo que pesa, es la afición. Desde ahí es un cambio radical. Estadios llenos, 10,000 o 15,000 personas es el promedio en un partido que no es tan taquillero. La porra, donde quiera que vayamos, van al hotel, las visitan, les dan regalos, las esperan afuera del estadio.

"A nivel afición, aquí se vive un futbol como el varonil. A nivel institución, la mentalidad del regio es muy competitiva. El discurso es que el equipo es el mejor, y a mí me sorprendió. Viniendo del centro del país ves todo el panorama y eres precavido en el discurso. Pero aquí no, aquí es lo soy, hay que ser duros, te la crees, lo vives y lo demuestras".

¿Qué fue lo que más te sorprendió del equipo cuando llegaste?

"El nivel técnico y el ritmo. El ritmo de entrenamiento, nivel técnico-táctico, se nota la experiencia que tienen las jugadoras. Si ves una por una, son jugadoras con trayectorias en Selecciones desde Sub 15, Mundiales mayores, Sub 20, jugaron en el extranjero, todo eso se nota. Tienen otro tipo de conocimientos.

"En comparación, Pachuca es un equipo joven, jugadoras que estuvieron en el campeonato del mundo Sub 17, pero eso no le quita lo jóvenes, pero no tienen todo este pasaje. Aquí, la calidad técnica que tienen la traducen muy bien en otras acciones".

¿Le da al equipo a animarse al plano internacional?

"Sí, nos serviría mucho, además. Son competitivas a morir, no les gusta perder a nada en el entrenamiento. En el papel, podríamos tener algún tipo de desventaja con algún equipo de Estados Unidos, pero no les gusta perder y se que ante la adversidad responden muy bien".

Fotografía: Twitter de @TigresFemenil