Jueves 19 de septiembre de 2024

Sergio Pérez (Red Bull) y Carlos Sainz (Ferrari) aclararon que no hay resentimientos entre ellos tras la colisión en el pasado GP de Azerbaiyán y que esperaban una buena carrera en el Gran Premio de Singapur.

Los dos pilotos estaban luchando por un puesto en el podio en Bakú antes de que su choque tras la curva 2 que acabara con ambos contra el muro en la penúltima vuelta de la prueba. Los comisarios de pista de la FIA determinaron que fue un "incidente de carrera" y no aplicaron sanción alguna.

"Una vez que nos quitamos los cascos, nos dimos cuenta de que ambos lo habíamos arruinado, que terminar una carrera así era realmente decepcionante. Fueron movimientos equivocados en el momento equivocado y creo que al final es irrelevante en este momento quién tiene la culpa", dijo Pérez a periodistas. 

Sainz, por su parte, dijo que ambos permanecieron sentados juntos, incómodos y tristes, durante 20 minutos en el centro médico después del accidente mientras estaban conectados a monitores de frecuencia cardíaca.

"Nos mirábamos el uno al otro y nos decíamos: 'amigo, ¿qué... ha pasado ahí? Y nos decíamos: No lo sé, pero te prometo que no te hice nada malo, Checo... No te cerré. No hice nada'. Estábamos teniendo este diálogo y tratando de analizar lo que pasó. Se veía venir un podio. Al final bromeamos sobre ello, así que no hay resentimientos entre nosotros", dijo el español.

Pérez dijo que las habladurías en las redes sociales de que había golpeado el casco de Sainz o empujado la cabeza del piloto de Ferrari inmediatamente después del accidente eran exageradas.

"Estaba hablando con él, no le empujé la cabeza. En el video parece peor de lo que es. Carlos es uno de mis mejores compañeros en el grupo de pilotos. La última persona con la que me hubiera gustado venir juntos es con Carlos, pero hemos pasado página y ojalá los dos podamos hacer una tremenda carrera", dijo el mexicano.  Sainz dijo que no había escuchado lo que dijo Pérez mientras seguía sentado en el coche.

En cambio, Checo elogió a los mecánicos de Red Bull Racing por el tremendo trabajo realizado para arreglar el coche destrozado y esperaba tener la última especificación en Singapur.

"Esto demuestra lo duro que estamos trabajando y es muy alentador, y realmente espero poder devolvérselo con un gran resultado el domingo", dijo.