Viernes 12 de diciembre de 2025

Uno llegó hace una década y continúa incrementando su legado como una de las máximas figuras en la historia de Tigres. El otro recién arribó este semestre y ya alcanzó su primera Final de Liga MX. André-Pierre Gignac y Ángel Correa: un paso de estafeta.

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El argentino dio el triunfo en el Universitario a los felinos, con lo cual contarán con ventaja para la Vuelta, con le objetivo de cerrar de la mejor manera en el Nemesio Díez. Llegó a San Nicolás como el refuerzo bomba de la temporada a través de una transferencia cercana a los USD $9 millones de dólares. El dorsal 7 decidió dejar el Atlético de Madrid después de una década. Apenas arribó a la ciudad, cientos de aficionados le recibieron con un pasillo, tambores y trompetas, además del ya característico canto: "Dale Angelito, dale Correa".

De inmediato anunció que esperaba "una gran temporada" y poder ayudar con el cometido a su director técnico, Guido Pizarro. No se equivocó, ya que después de 15 goles y cuatro asistencias (Liga MX y Leagues Cup), está a un paso de conquistar su primer título en México, tal cual la historia del histórico 10 francés. A Gignac le tomó un solo torneo instalarse en la lista de los campeones auriazules, ya que se impuso por la vía de los penales a Pumas, después de un 4-4 global con emociones a tope.

Si retrocedemos 10 años, el delantero estrella del Olympique de Marsella llegó a la Sultana del Norte procedente de Cancún (igual que Correa). Fue convencido para llegar a un club que le presentó el proyecto a través de su afición. El desempeño del europeo en su primer semestre entre Liga y Copa Libertadores fue notable: marcó 15 tantos más dos asistencias, haciéndose presente en la Ida frente a los unamitas. Este es un espejo en el cuál se reflejó el argentino contra Toluca en la actualidad. ¿Algo más? Gignac definió el cetro fuera de casa; Angelito lo hará en el Nemesio Díez.

La transformación de Dedé fue natural conforme la capacidad explosiva disminuyó. Luego de superar una lesión que lo dejó casi sin actividad el semestre pasado, el galo mostró su versión más asociativa y cooperadora, ajustándose a los arribos de Brunetta, o bien, con Correa haciendo de segunda punta hiperactivo.

Esto se parece al rol en el que brillaron nombres como Carlos Tévez, Guillermo Barros Schelotto o Sergio Agüero en los inicios de su carrera. Complementarios en la cancha, su unión se reflejó en el abrazo que fundió al veterano 10 con el flamante 7 después del 1-0 frente a los Diablos. La vieja escuela y la nueva ola de Tigres van por la novena felina.