El Clásico de Rosario es uno de los más importantes del futbol argentino, pero también es el más pasional y violento en los últimos años en Sudamérica. Rosario Central y Newell's Old Boys jugarán el 1 de noviembre por los Cuartos de Final de la Copa Argentina con un problema.

Debido a la violencia que se ha generado en los últimos años, las autoridades han determinado que se dispute en Buenos Aires, es decir, a 335 kilómetros de distancia y sin aficionados de los dos clubes. A puertas cerradas y lejos de casa.

Ante tal situación, dos símbolos del futbol rosarino, Ángel Di María y Nahuel Guzmán, ex jugadores de Central y Newell's respectivamente, iniciaron una campaña en busca de que sea un clásico con hinchas, pero sobre todo que sea llevado en paz.

Los futbolistas aparecen en la publicación recitando en conjunto un texto llamado Ausencias, de Kurt Lutman, exfutbolista del conjunto leproso y militante por los derechos humanos, donde invitan a las hinchadas a llevar el partido en paz.

¿Por qué no se juega en Rosario y con ambas aficiones? Es que la localía en la Copa Argentina no existe, es decir, se juega en terreno imparcial. Al ser dos equipos de la misma ciudad, se analizó sortear jugar en el estadio de uno u otro, pero no aceptaron. Y si se los trasladaba a otro punto del país, ambas barras iban a ir por los mismo caminos. Nadie se hizo cargo de la seguridad y optaron por la opción más facilista. Por eso, el Patón y el Fideo no se quedaron callados.

Fotografía: Especial