Carlos Rodríguez Rayados Charly Monterrey

De sentarse en las gradas del Tec a ser la joya de Rayados. Charly Rodríguez es el presente y futuro. Alonso lo definió como "el jugador ideal".

Por Adrián Maldonado | FOTO:

El 24 de febrero del 2014, contra Pachuca y por la Copa MX del Clausura, Carlos Rodríguez se sentaba en las gradas del Estadio Tecnológico a ver su querido Monterrey. Cinco años más tarde, es él quien maneja a Rayados desde el césped del BBVA. Así lo demostró en la jornada 1 de la actual Liga, siendo la figura y el eje de un equipo que goleó y gustó.

Desde que era pequeño siempre se le vio talento a Carlos Rodríguez, una calidad que ahora puede presumir el Monterrey teniendo a una nueva promesa en sus filas. Pero su camino comenzó en otro lado: el mediocampista de 22 años empezó en una filial de Chivas, para luego unirse a Rayados San Nicolás, una de las escuelas formativas más importantes del área metropolitana. Es que, justamente, nació en San Nicolás de los Garza. A los 5 años ya estaba jugando en competencias nacionales.

Hoy la gente lo empieza a identificar en el estadio por sus asistencias y ese estilo colaborativo. Aunque la historia de Charly es corta, narra la de un joven al que sus entrenadores siempre le vieron futuro cuando jugaba como un 10 natural. Superó retos y atravesó todos los filtros de las Fuerzas Básicas.

Rodríguez Gómez estudió en la escuela primaria La Salle, pasó por el colegio Francisco G Sada y quiso construir una alternativa ajena al deporte al cursar la carrera de Contador Público, la cual finalizará en este 2019. Uno de los títulos que busca para este año. ¿Los otros? Liga, Conca...

Testimonios sobre sus inicios sobran. Y fueron las experiencias que lo forjaron como un elemento importante las que lo llevaron a finalmente apoderarse de un lugar como titular. "Charly nos cubría mucha media cancha pero aparte el equipo era muy competitivo y no había huecos. Siempre cumplió y siempre jugaba al 100", dijo su mentor Eliseo Aceves, entonces director técnico en la filial de San Nicolás, en entrevista a ONCE.

Ahí aprendió a dar sus primeros pasos hasta que llegó el momento de asumir un reto mayor en 2012, cuando se integró a las Básicas de La Pandilla en la categoría Sub 15. Era el momento de cumplir, de aprender y aprovechar el momento. Por esos tiempo, le pedía fotos a sus ídolos rayados, como a Walter Ayoví. Ahora, es Charly quien frena y le cumple el sueños a los niños regios.

Pasó por Segunda y Tercera División, por la Sub 17 donde fue campeón y por la 20 antes de partir a Europa con la misión de madurar en el Toledo de España, abriendo una nueva alianza entre clubes promovida por Luis Ernesto Pérez, quien como asesor también le tocó disfrutar de su futbol.

"Virtudes tiene muchísimas. De las principales es que es una gran persona que tiene muy buenos principios y valores, tiene una gran humildad hacia el trabajo. Es una gente dedicada y comprometida", dijo Lucho desde España a ONCE. "Técnicamente es muy bueno. Tiene muy buen manejo de balón, buen golpeo en corto y larga distancia, buen disparo, mucha creatividad, mucha conducción, lee muy bien el juego, tiene buena aceleración y un buen cambio de ritmo. Creo que es un jugador bastante, bastante completo", agregó.

Después de aprender en el Toledo y recibir el visto bueno, Monterrey lo llamó para regresarlo a casa con toda la experiencia ganada, sabiendo que lo único que lo podía hacer debutar era el trabajo. Y así fue. Debutó el 7 de agosto del 2018 ante Venados, por la Copa MX que antes veía desde afuera. Su primera vez por Liga fue el 20 de octubre contra Toluca, ingresando por la lesión de su ahora socio Jonathan González.

El técnico Diego Alonso le dio a Carlos lo que Antonio Mohamed no pudo: confianza. Con el Turco sí llegó a ser convocado a los partidos del primer equipo, pero nunca lo dejó lucirse más que en un compromiso de la Concacaf. "Encontramos en Charly a un jugador ideal. Tiene las características de un jugador que pensábamos que podíamos comprar", comentó Diego el sábado tras el juego contra Pachuca, donde Rodríguez puso dos pases para gol.

Aquel chavo que antes veía a Rayados en el Tec como aficionado - y hasta como recoge balones - ahora tiene el permiso absoluto de su entrenador para innovar en un espacio que no tenía dueño. Y lo viene haciendo a la perfección. Viviendo un sueño en vivo. Lo que tantas veces deseó desde las gradas, ahora lo hace realidad con la playera que ama.

Fotos: Cortesía Eva Tamez y Mexsport

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