Guillermo Muñoz, Turbo, Rayados, Liga MX, Leonel Vangioni, Jesús Gallardo, Francisco Avilán, Memo Muñoz, Guillermo Turbo Muñoz, Turbo Muñoz

Memo Muñoz, campeón con Rayados en el 86, nos contó sobre qué tiene Vangioni y qué le falta a Gallardo. “Los extremos rápidos no me hacían nada", presumió.

Por Adrián Maldonado | FOTO:

Viernes 22 de mayo de 2020

Después de irse caminando al Uni con sus vecinos, renunciar a pertenecer al Rayados por no completar monedas para subirse a los camiones y rechazar una oferta por rencor, el tiempo acomodó todo en la vida de Guillermo Muñoz al grado de convertirlo en ídolo.

MIRA TAMBIÉN: Consulta toda la información de Rayados

Es normal que en las evaluaciones de los aficionados y medios siempre salga su nombre al mencionar una alineación ideal del club, posicionando al Turbo en la lateral izquierda.

Su velocidad, pero también su valentía para atacar le permitieron ser voz autorizada del equipo como pocos y entender la labor que un carrilero necesita emplear para destacar como la intensidad, algo que pidió a Leonel Vangioni y Jesús Gallardo a través de ONCE.

Cuando había partido en el Uni aquel niño de 11 años llegaba a pie desde la colonia Francisco G. Sada en San Nicolás porque le gustaba soñar con que de grande podía ser jugador profesional. "Me hice rayado por aquel equipo de los años 70 con (Francisco) Bertocchi, Milton (Carlos), (Rubén) Corbo. Mostró ese futbol con el que muchos nos identificábamos, abierto y de goles", recordó.

Memo, hoy de 58 años, fue parte importante de los primeros campeonatos que tuvo Rayados por la Liga de 1986 y la Copa de 1991, sin creer en un inicio que le iba a ir tan bien y que se iba a quedar hasta por 10 años para entrar en la selecta lista de elementos históricos.

Su amor al deporte se lo impregnó su padre Salvador, quien no era futbolista, pero sí gimnasta. Aún así no hubo un referente en su momento que lo impulsara a seguir un sueño que surgió jugando por diversión en el barrio, hasta que un día vio un anuncio de scouting en el periódico después de haberse enfrentado a los Rayaditos.

"Víctor Sepúlveda (entrenador de Fuerzas Básicas) me invitó que si quería participar en las inferiores de Rayados. No fui, no me interesó mucho, pero a los 16 años otra vez salió en el periódico de las pruebas y volví a ir. Estuve unos seis meses y dejé de ir, batallaba para los camiones, pero uno de mis hermanos me dijo: 've a probarte'. Le hice caso, ahí estaba don Héctor Hugo Eugui. Me probé y le pareció bien", contó.

RESENTIMIENTO Y DEBUT

Entonces llegó el momento de cristalizar una oportunidad, pero despidieron a Eugui y pusieron en su lugar a Vicente Pereda, quien entonces le anunció que no lo iba a contemplar en el equipo con todo y que a sus 19 años se vislumbraba como una fuerte promesa. Le dieron dinero para que se fuera a probar a otros equipos y fue entonces cuando surgió el Zamora de Michoacán, de la Segunda División.

"Estaba muy resentido con el club porque nos hicieron a un lado y sin habernos visto. Pereda no me vio jugar, hubo dos o tres entrenamientos de trabajo físico y técnica en grupos, pero no me vio en ningún interescuadras. Estaba resentido, pero me sirvió para cuando llegué a Zamora porque allá hice y deshice", dijo.

¿Y cómo se dio tu vuelta a Monterrey?

"En la Final (de Segunda en 1983 contra Curtidores) todo mundo me empezó a ver. Francisco Avilán fue a que le firmara un contrato porque según él yo pertenecía al club y no, no le firmé nada. Vio el nivel que traía y yo a Monterrey no quería venir. Estuve navegando, fui a entrenar con Atlas, Tecos, Irapuato, Curtidores y no se me dio la oportunidad, me desesperé e iba a trabajar. No tenía carrera de nada y cuando pierdo el interés estaba trabajando en una proveedora de medicamentos".

Pancho, entrenador en el campeonato del '86, lo citó el 5 de enero de 1985 a reportar en el Estadio Tecnológico y para el 2 de febrero ya había debutado en un partido contra la Universidad de Guadalajara, cuando la afición pedía a gritos su ingreso pensando en la buena imagen que dio en la Final.

Le tocó entrar por Francisco Javier Cruz y cumplió, después marcó a Ricardo Ferretti jugando contra Toros Neza y eso le hizo ganar puntos para quedarse de titular como lateral izquierdo, a pesar de que empezó como extremo.

VANGIONI Y GALLARDO

¿Qué condiciones debe tener un lateral?

"Defender con propiedad, saber hacer coberturas, tener buena salida, ser buen fildeador por aire, tener anticipo. Si tienes condiciones para elaborar y crear, adelante. Los extremos rápidos no me hacían nada. Tenía esas condiciones porque como extremo ya sabía lo que tenía que hacer y como defensa sabía lo que el delantero podía hacer".

¿Hoy no ves a alguien como tú?

"Ese futbol vistoso, alegre y de regate ya quisiera que hubiera muchos de esos y no los veo, a lo mejor la capacidad física no se los permite y menos si no lo entrenan o si no lo visualizan. Hay muy pocos laterales que desbordan, que llegan a tres cuartos de cancha. En Monterrey muy esporádicamente Vangioni y no se diga Gallardo, que lo pueden hacer, pero no lo hacen. Son características diferentes y a lo mejor no se atreven".

¿Qué opinión tienes de ellos?

"Como lateral es mucho mejor Vangioni. Es un tipo con más oficio, aunque no me gusta mucho ese recurso, y lo usa mucho en el área, de las barridas. Para muchos suele ser interesante porque se ve espectacular cómo saca el balón, pero entre muchas otras siempre está en el filo de la navaja porque queda a destiempo a veces. Es un excelente lateral, a la ofensiva aporta, pero no lo que pudiera aportar porque hoy en día todos los carrileros se tienen que saber incorporar bien al ataque, saber qué hacer en el medio campo y de tres cuartos para arriba. Todo el mundo lo queremos porque metió el gol del campeonato".

¿Y de Gallardo?

"Tiene más condiciones de mediocampista. No lo veo tan definido. Es práctico, no se complica, toca muy fácil y pocas veces se atreve a desbordar y cuando lo hace, lo hace bien. Le hace falta más intensidad y variedad en su juego. Normalmente hay que hacer una pared, meterse por dentro, diagonales, luego otra pared y luego desbordar. Si lo hiciera con más intensidad y atrevimiento estoy seguro que se le vería mucho mayor peligro".

AQUELLA APLANADORA

Surgió de las Fuerzas Básicas de los Rayados e increíblemente fue campeón con el mismo director técnico al que primero le negó un contrato, pero su pasión al azul y blanco que vio nacer desde niño aún los presume en casa comprando las camisetas del año.

Jugó en el equipo desde la temporada 1984-85 hasta el final de la campaña 1992-93 cuando perdió la Final de Liga contra el Atlante, haciendo cinco goles y despidiéndose con 202 partidos antes de su paso por León, Tigres y Zacatecas.

Su mejor época la tuvo en el inicio de los años 90 con el famoso equipo apodado La Aplanadora del técnico chileno Pedro García, pero fue bajo la mano de Miguel Mejía Barón que alzó el trofeo del campeonato de Copa ante Cobras de Ciudad Juárez en el '91, su segundo logro en el palmarés después de aquella serie del 86' contra Tampico Madero. Sus éxitos le valieron para estar en la Selección Mexicana del '87 al '94.

Conocido como el Turbo, nombre relativo a su velocidad condicionado por el sello de unas bicicletas de 14 velocidades famosas de esa época, Guillermo Muñoz se dijo satisfecho y honrado de ser considerado el mejor lateral izquierdo que ha tenido el club en sus casi 75 años de vida.

¿Cómo resumes tu carrera en el club?

"Soy rayado y seguiré siendo rayado toda mi vida. Mi sentimiento con los colores son incondicionales y los voy a llevar en mi corazón. Me quedo satisfecho con lo que hice con el club y para mí es un honor que me consideren en el ONCE histórico del club. No tengo más que palabras de agradecimiento".

Fotografía: Mexsport

Boletín ONCE