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Europa se pintó de azul. Los Blues se la aplicaron al City de Pep y conquistaron la Champions. Havertz, el héroe del cuento inglés. Un triste adiós al Kun.

Por Luis Madrigal | FOTO:

Sábado 29 de mayo de 2021

El cielo de Europa se pintó de azul británico, pero del color del corazón del Londres. Chelsea derrotó 1-0 al Manchester City en la Final de la Champions y conquistó la segunda Orejona en su historia. Kai Havertz le agüitó la despedida al Kun Agüero.

Thomas Tuchel, DT de los Blues, cobró su revancha, luego de que el año pasado cayó con el PSG en la Final frente al Bayern. Ahora con los londinenses derrotó a Pep Guardiola, a quien mostró tenerlo dominado, pues en la Premier también lo derrotó.

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El nerviosismo y el drama aparecieron aparecieron en el cuento inglés. Ambos equipos salieron a jugársela y perdieron hombres importantes: Thiago Silva salió por los londinenses y Kevin De Bruyne por los Citizens.

Los Blues no se guardaron nada de inicio y de la mano de Timo Werner tuvieron las más claras. Eso sí, el alemán no salió fino y terminó por comprometer el juego: desperdició tres oportunidades para abrir la pizarra. La primera, al 9’, el delantero abanicó dentro del área; la otras dos fueron minutos más tarde, cuando estrelló su disparo al arquero y la otra salió desviada por un costado.

Los laterales volaron y Chelsea desaprovechó esto. El City buscó atacar a través de la velocidad, desplegando contragolpes que terminaban en el arco rival, pero sin claridad, sin el punch para hacer daño.

Tras un estira y afloja de ambos equipos, a tres minutos del descanso, Mason Munt envió un pase al hueco por el centro del campo para Kai Havertz, quien aprovechó la desatención en la marca de Zinchenko, eludió a Ederson y empujó la pelota a las redes para abrir el marcador en favor de los Blues.

En el complemento, el cuadro de Pep Guardiola le quitó la pelota al Chelsea, pero sin encontrar la claridad; tardó 68 minutos en disparar al arco, aunque sin tino.

En una descolgada, Cristian Pulisic tuvo en sus pies el segundo, cuando recibió sólo dentro del área un pase de Havertz, pero el estadounidense echó su disparo por un costado ante la salida de Ederson.

El City se murió de nada en la agonía del partido, que, pese a los siete minutos de agregado, nunca pudo liar una jugada clara de gol. Al silbatazo, la locura se trasladó desde Porto hasta Londres. El Chelsea ganó la copa y dejó a Sergio Agüero sin su sueño de despedirse de los Citizens con la Orejona en la mano.

Fotografía: Champions League

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Fotografía: UEFA Champions League

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