MOSCÚ, RUSIA.- Se dice que el idioma del futbol es universal y para los revendedores en el Mundial de Rusia parece ser algo similar.

A días de la final en el Estadio Luzhniki por el título de la FIFA la reventa late en Moscú, en donde se piden hasta mil 500 dólares por una entrada que su precio real es de 455 dólares, es decir tres veces más de su valor real.

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Sin importar la nacionalidad la palabra ticket es común al salir de la estación de metro de Moscú Dobryninskaya, en donde se encuentra el centro principal de entradas de la FIFA.

Francés, rusos, colombianos, ingleses y mexicanos presumen sobre sus manos entradas para el partido más importante del mundial de Rusia y son feroces al ver un interesado, van a la caza, lo estudian, lo envuelven y terminan lanzando el precio, cuando olfatean el ofrecimiento desisten y van en busca de otra presa.

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Es fácil distinguir a un revendedor con experiencia en esta clase de eventos, viste ropa atlética y todos usan una prenda de alguna competencia pasada, ya sea Eurocopa, Juegos Olímpicos, Liga de Campeones de Europa o algún Mundial pasado.

En una hora presentes en el encuentro de revendedores no lograron finalizar una venta, pero si amenazaron que en cuanto se conozca el cruce por la Copa del Mundo podría llegar un boleto a los 3 mil dólares, es decir 57 mil 635 pesos mexicanos.

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Los revendedores trabajan con normalidad, sin importar la ligera lluvia y sin ningún temor a la presencia de las exigentes autoridades rusas, a pesar de las amenazas de FIFA, de castigar a quienes hagan mal uso de las entradas en el Mundial de Rusia.

Fotografía: ONCE | Javier Alonso