Viernes 20 de mayo de 2022

Pasaron 70 años para que Atlas consiguiera nuevamente un título de la Liga MX. De la pizarra de Diego Cocca, los Zorros armaron un plantel y cuadro titular competitivo al por mayor, identificable en todos los campos que ha pisado y que descansa en jerarcas.

Sin lugar a dudas, el 3-5-2 impuesto por el antiguo estratega de Xolos erigió a muchos futbolistas al mejor nivel de sus carreras como Aldo Rocha, Camilo Vargas, por mencionar algunos. Pero hay un par que ejemplifica en su totalidad lo que hoy es el cuadro rojinegro: Julio César Furch y Julián Quiñones.

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Los arietes extranjeros son un sistema por sí solos. Para Cocca, representan múltiples formas de juego, ya que, más allá de su posición definida, sus roles en el campo son diferenciales, dependiendo de lo que el técnico quiera llevar a cabo ante el rival en turno.

Tigres ha sido su última víctima. El 3-0 propinado en el Jalisco en la Ida de las Semifinales podría reducirse al gol de cada uno, sin embargo, hay más. Los dos goleadores son complementarios entre sí.

Mientras Furch es el prototipo del clásico delantero de área, que te baja balones y sabe descargar el juego, Quiñones suele descender varios metros para atraer marcas y liberar espacios para sus compañeros o, empezar el ataque con una de sus clásicas galopadas (3-0 ante Igor Lichnovsky).

Sin embargo, las cifras son formidables. Sólo en el Clausura 2022, el argentino y el colombiano representan poco más del 45% de los goles totales, al momento, de la escuadra, se combinan para 12 tantos de los 27 que suma Atlas.

Desde su llegada, han producido 22 y 18 goles (contando asistencias), en 46 y 40 juegos disputados, respectivamente. Así que, si Tigres aspira a remontar, deberá anular a una de las duplas más temibles del campeonato.

Fotografía: Atlas FC