Miércoles 29 de junio de 2022

Aunque las barreras que impedían la igualdad de género se han derribado una a una en estos tiempos, en algunos lugares esos prejuicios se erradicaron desde hace más de 20 años. Mientras en México la Liga MX Femenil tiene cinco años de creación, la National Women's Soccer League (NWSL) tiene el doble, solo por poner un ejemplo.

Hasta hace poco, en nuestro país hace poco seguía pareciendo extraño ver a niñas competir con los varones en ligas infantiles, la cultura en Estados Unidos les permite a las mujeres competir con total naturalidad desde los 8 a 10 años. El sistema de universidades de Estados Unidos se ha convertido en una de las canteras más grandes y exitosas del orbe, nutriendo de talento a la mejor selección del planeta (según el ranking FIFA).

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Casos como Abby Wambach (Florida), Alex Morgan (Berkeley) y Kelley O'Hara (Stanford) son ejemplos palpables de lo bien que se trabaja en el sistema universitario. Mientras en otras latitudes, los sueldos e instalaciones de entrenamiento son paupérrimos, en Estados Unidos está tipificado que el monto a asignar para sueldos de las jugadoras será el mismo para los jugadores.

Además, tienen derecho a seguro de maternidad, seguro de cobertura en caso de lesiones y recibir educación sin gastar un solo dólar, cuando sin la beca estarían costeando colegiaturas de USD $60,000 dólares al año.

De acuerdo con cifras de la Federación de Institutos del país norteamericano, en 2015 eran 375 mil niñas en secundarias que practicaban el 'soccer', como ellas lo denominan. La cultura de la igualdad permea tanto en el futuro de las futbolistas que entre los 18 a los 20 años están definiendo si se quieren dedicar al profesionalismo o no.

Actualmente, la NWSL tiene 12 clubes en su haber, donde compiten, además, seleccionadas campeonas del mundo y olímpicas, como la mencionada Morgan o Megan Rapinoe.

En la convocatoria previa al inicio de la Concacaf W, el técnico Vlatko Andonovski, incluyó dentro de la lista de 23 jugadoras a 20 futbolistas que cursaron sus carreras universitarias y las compaginaron con el futbol en los respectivos equipos representativos, demostrando el poder que tiene el semillero de la educación superior en Estados Unidos.

Solo Lindsay Horan, Mallory Hugh y Trinity Rodman decidieron buscar el profesionalismo sin haber jugado un solo encuentro en las universidades.

Y si pareciese extraño, futbolistas como Isabella Gutiérrez (Chivas Femenil), Azucena Martínez (Tigres Femenil) o Carol Cazares (Tigres Femenil) han preferido emigrar al sistema de estudios y desarrollo deportivo más fuerte del continente, dando contexto del poder de este método, ese que nutre al combinado más poderoso del orbe.

Fotografía: Instagram de @alexmorgan13