Jueves 17 de noviembre de 2022

Es difícil cuando un jugador lo ganó todo, o casi todo, porque año a año tiene que revalidar todos esos galardones personales y logros colectivos, y cualquier "fracaso" se critica el doble. Robert Lewandowski, aquel delantero desconocido que la rompió en la Liga de Polonia, que llegó a la Bundesliga tras un buen scouting del Borussia Dortmund y se consagró en el Bayern Múnich, va por una de sus cuentas pendientes: convertir un gol en el Mundial. México es la primera posibilidad.

Champions, Mundial de Clubes, títulos de Liga, Copa, Bota de Oro por ser el más goleador, el premio The Best durante dos años seguidos, la espina por el Balón de Oro que perdió con Messi y un montón de récords individuales que tienen su nombre. Todo eso fue lo más trascendente que consiguió, pero le tocó nacer en un país donde cuenta con una selección que nunca fue potencia.

La historia de Tito comenzó hace mucho tiempo, precisamente en 2006, (hay que recordar que tiene 34) cuando jugaba en el Znicz Pruszków, la filial del Legia Varsovia. Un joven Lewandowski comenzó a llamar la atención de todos marcando goles en la Segunda División, fue trascendental en el ascenso de ese equipo y obligó a que Lech Poznań, uno de los más grandes de Polonia, se hiciera de sus servicios.

Y allí arrancó una historia que todavía perdura, porque dos temporadas rompiéndola (del 2006 al 2008), consiguiendo un par de títulos y consagrándose como máximo goleador, fueron suficientes para que el Borussia Dortmund pusiera los ojos en él.

Este club es experto en ese scouting de jugadores 'desconocidos'. No tardaron mucho en desembolsar un dinero (USD 4.5 millones de dólares) por un goleador polaco, de 20 años y con 1,85 metros de altura. Era una apuesta segura y le terminó funcionando.

Aquel Dortmund, que hizo conocido a Jurgen Klopp, contaba con un ataque de miedo que integraban Lewandowski, Marco Reus y Mario Gotze. Logró arrebatarle un par de Ligas al Bayern Múnich, consecutivas, y estuvo al borde en una Final de Champions, ya en el año 2013. En ese lapso fue máximo goleador de la Bundesliga.

Después de seis años en el club, tomó una decisión polémica para lo que significa el futbol alemán, porque decidió fichar para el Bayern. Varios lo tildaron de traidor al seguir los pasos de Gotze, quien ya había hecho lo mismo, pero en la previa a la Final de la Champions. Y allí arrancó la historia de Lewandowski, la cual le dio la fama mundial que se ganó.

Consiguió absolutamente todo, rompió cada récord que se atravesó en su camino, pero nunca pudo replicar en su Selección los logros que disfrutaba en el Bayern. Sí, llevó a su país nuevamente a un Mundial, después de haber estado ausente en 2010 y 2014, sin embargo, la decepción fue grande en Rusia 2018.

Polonia no solo quedó fuera en Fase de Grupos, el delantero no pudo ni siquiera marcar un gol. Casi no tuvo opciones claras durante los tres partidos, los cuales fueron dos derrotas y un triunfo al final, ya eliminado (Senegal 1-2; Colombia 0-3 y Japón 1-0) y la ilusión se acabó demasiado rápido para todo el pueblo polaco.

Después de cuatro años en la cima del mundo, peleando distinciones individuales como el The Best y el Balón de Oro con Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, Lewandowski va por su cuenta pendiente. México es el primer rival, y Tata Martino tiene que tomar los recaudos suficientes para cuidar este tanque polaco que tiene la sangre en el ojo.

Fotografía: Mexsport