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Los regios mostraron una mejor cara respecto a los últimos partidos, pero cometieron errores defensivos que pagaron caro. León no se achicó en el Uni.

Por Matías Giraudi | FOTO: Mexsport

Sábado 28 de septiembre de 2024

La gente de Tigres estaba acostumbrada a equipos que llegaban al Universitario y rápidamente se metían atrás, intentaban salir de contra y rascar algún punto. León lo hizo por momentos, pero por mérito del local. La intención de Berizzo en todo momento fue atacar con tres puntas a los felinos.

Si uno revisa el famoso pingpong (la cantidad de jugadas claras de cada lado), contando los goles anulados, terminó 7-5 a favor del local. Las chances existieron para el equipo de Paunovi?, pero entre la falta de puntería, la excelente noche de Blanco y los errores defensivos, todo terminó empatado.

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El primer y segundo tanto de León fueron prácticamente iguales. Por ser local, Tigres tomó riesgos, proyectó a Aquino y defendió con los dos centrales, más Jesús Angulo. Con los tres atacantes que dejó La Fiera, en cada jugada se daba el 3 vs 3.

En el 1-0, Guido Pizarro presionó alto a Plátano Alvarado, perdió y ni el capitán ni Carioca llegaron a cerrar al propio delantero que había iniciado la jugada en el mediocampo. En el segundo, ese 3 vs 3 volvió a darse, pero Iván Moreno (lateral derecho) se sumó, provocó superioridad numérica y otra vez quedó solo el ex Rayados. Para la suerte felina, fue anulado por falta previa a Gorriarán.

En el medio, Tigres tuvo varias claras, pero solo encontró el tanto de Gignac. Por eso Berizzo ajustó en el segundo tiempo, hizo retroceder un poco más a los extremos y el local bajó el ritmo. El 2-1 cayó de un tiro de esquina que Guzmán dejó corto con los puños y Aquino se durmió en la salida. Cabral le comió la espalda y así encontró a Barreiro por el medio.

Los cambios de Paunovi? tuvieron efecto inmediato, porque Tigres se llevó puesto a León en los últimos 20 minutos, después de un rato que no tenía la pelota y solo corría detrás de ella. Más allá del error de Guzmán, que pudo ser el 3-1, el dominio futbolístico estuvo.

El equipo cambió la cara, mejoró la producción en lo ofensivo, pero retrocedió en lo defensivo. Esto se debió a errores individuales que fueron aprovechados por el rival y a ciertos riesgos que se animó a tomar un cuerpo técnico muy meticuloso, pero que entendió la necesidad de ir hacia adelante en su propia casa.

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