Sábado 09 de noviembre de 2024

Después del histórico concierto de Sir Paul McCartney, Rayados ofrecerá también la posible despedida de un histórico del futbol mexicano: Andrés Guardado. El Principito dirá adiós a las canchas en el BBVA en caso de no acceder a Play In con La Fiera.

El zurdo se convirtió en uno de los pioneros del nuevo milenio en el territorio azteca desarrollando la mayor parte de su carrera en el Viejo Continente. Con el Deportivo La Coruña, Valencia, Bayer Leverkusen, PSV Eindhoven y Real Betis en su trayectoria, el tapatío disputó los máximos torneos a nivel de clubes y en tres de las mejores cinco Ligas del mundo.

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Comenzando en Atlas, Guardado tomó pista en el futbol mexicano como un lateral por izquierda veloz y con mucha capacidad técnica con el balón. Con 19 años, Ricardo La Volpe tiró de él para estar en la lista final para Alemania 2006 en la línea de tres del Bigotón que tanto furor causó en el mundo del futbol.

A partir de ahí y utilizado en ocasiones específicas como extremo por la misma banda, Guardado tuvo un cambio ocho años después con la reformulación de posición que le encontró Miguel Herrera en Brasil 2014, es decir, dos Copas del Mundo después de su debut.

Como interior izquierdo junto a José Juan Vázquez (mediocentro posicional) y Héctor Herrera (interior derecho), el Piojo le dio un segundo aire a su carrera, ya que en el Leverkusen jugaba poco como lateral y/o carrilero.

Con su ‘nueva’ posición, el Principio recaló en la Eredivisie con el PSV de Phillip Cocu. Convirtiéndose en un referente del cuadro de los Granjeros, fue el maestro de su compatriota Erick Gutiérrez y dejó gratas impresiones que lo hicieron trasladarse a territorio ibérico, donde dejó temporadas grandes al lado de futbolistas como William Carvalho, Nabil Fékir, Guido Rodríguez y su gran amigo, Sergio Canales, todo como mediocentro o bien, en el doble pivote.

Ahora, devuelto a la ‘vida’ con Eduardo Berizzo, Guardado podría poner fin a su carrera futbolística en el BBVA el próximo domingo contra Rayados, frente a su amigo el cántabro y con un futbol mexicano que le ha empezado a reconocer como uno de los mejores en la historia del balompié azteca. El Principito que aleccionó y desapareció, así como si nada hubiera pasado.