Miércoles 11 de junio de 2025

La pantalla del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) brilló con el estreno de "Doce Lunas", una producción mexicana que ha generado gran expectativa desde su anuncio. La cinta, protagonizada por Ana de la Reguera y Enrique Arreola, fue recibida con una ovación de pie en su primera función, consolidándose como una de las propuestas más sólidas de esta edición del festival.

Dirigida por Victoria Franco, "Doce Lunas" entrelaza el paso del tiempo con la memoria emocional de sus personajes. La historia gira en torno a Lucía (De la Reguera), una mujer que regresa a su pueblo natal después de doce años para enfrentar una decisión que marcará el destino de su familia. A su lado está Samuel (Arreola), un viejo amor con heridas aún abiertas y verdades no dichas.

La película fue filmada entre enero y marzo de 2024 en locaciones naturales del estado de Oaxaca, en la región de la Sierra Norte y el Istmo de Tehuantepec; la producción aprovecho la luz natural y los paisajes locales.

Durante la conferencia posterior a la función, Ana de la Reguera destacó el enfoque colectivo del proyecto: "Fue una filmación muy íntima, muy entregada. Camila nos invitó a explorar desde la vulnerabilidad, y eso se refleja en cada escena".

Por su parte, Enrique Arreola, quien ha venido consolidando una carrera en el cine independiente, subrayó la importancia de apoyar el talento joven detrás de cámaras: "Este es el tipo de cine que nace del corazón, sin filtros ni fórmulas".

"Doce Lunas" compite dentro de la selección oficial de largometraje mexicano, y ya se perfila como una fuerte candidata al "Premio Mezcal", que reconoce lo mejor del cine nacional dentro del FICG.

La ópera prima de Victoria Franco compite en el Tribeca y en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara al mismo tiempo. La cinta retrata la carga con los estándares del éxito femenino, de una mujer en sus cuarenta, una crisis matrimonial, sin hijos, adicciones, ansiedad y vacío existencial, según la sinopsis.

De la Reguera comenta que fue uno de los retos más complejos y significativos de su carrera.  Le tocó filmar en calles reales, donde le ofrecieron droga sin saber quién era.

"Cuando leí el guion, pensé: esta mujer lo tiene todo, ¿por qué está deprimida? Pero entendí que la salud mental no distingue clases sociales. Quería representar a una mujer con dignidad, sin victimizarla, y creo que Vicky logró eso con mucha empatía", concluyó.