Miércoles 10 de diciembre de 2025

La Final inédita del Apertura 2025 coloca bajo los reflectores una particularidad que, cada vez que aparece, convierte la definición del título en un choque de titanes: el líder contra el sublíder del torneo. Tigres y Toluca protagonizarán la decimoquinta ocasión en la que los dos mejores de la Fase Regular se disputan la corona en los torneos cortos.

La historia de estas Finales habla de un balance parejo, pero con una ligera inclinación a favor de quien tuvo mejor desempeño en la clasificación: en las 14 ediciones previas, el líder levantó el trofeo en ocho ocasiones, mientras que el sublíder se impuso en seis. Números que alimentan la expectativa de una serie donde la jerarquía suele imponerse, pero que también recuerdan que el sublíder sabe rebelarse cuando llega la hora de la verdad.

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Toluca es, sin duda, el club con mayor presencia dentro de esta estadística. Los Diablos Rojos acumulan cinco Finales entre primero y segundo de la tabla, con un rendimiento que los respalda como especialistas de estas citas: cuatro títulos como líderes —Verano 1998, Verano 1999, Verano 2000 y, recientemente, Clausura 2025— además de una caída en el Apertura 2012, cuando como sublíder sucumbió ante Xolos.

Para Tigres, ese escenario es menos frecuente, pero igualmente significativo. En el Apertura 2014, los felinos llegaron como sublíderes y no lograron doblegar al América. Años más tarde, en las campañas Apertura 2017 y 2019, los felinos hicieron la maldad ganando la Final como sublíder en casa del líder, ante Rayados y León, respectivamente, conquistas que alimentaron su época dorada.

Hoy, una vez más, la Final entre el primero y segundo vuelve a la mesa. Toluca, acostumbrado a este tipo de retos, con la etiqueta de actual campeón, y empapado por la experiencia de Antonio Mohamed; y Tigres, que bajo el mando de Guido Pizarro se reinventó para volver a pelear por el título.

La tendencia histórica señala un ligero favoritismo para los Diablos, líderes del certamen. Sin embargo, Tigres conoce bien el peso de las noches grandes.