
Formar al jugador hacia una filosofía
Sábado 30 de enero de 2021
Desde que me acuerdo y empecé a pensar, analizar, estudiar y a trabajar en el mundo del futbol, percibí que no todo gira en torno al ciclo del juego para el entrenamiento y del entrenamiento para el juego.
También es verdad que el futbol es cada vez más global y pluridisciplinar, donde todo el “aparato” de un club trabaja para producir información. Los estadounidenses dicen, con toda la razón, que quien detiene la información, detiene el poder.
Es decir, el club también debe producir su propia información, aprovechar su conocimiento y pasárselo a su cuerpo técnico para que éste pueda tomar las mejores decisiones.
Desde mi punto de vista, podemos definir un club de futbol como formador, formador-vendedor y comprador.
Un club formador es el que se concentra claramente en la calidad de sus fuerzas básicas. Es el que tiene los mejores entrenadores/formadores en sus cuadros, que priorizan la calidad y la preparación, de modo de ofrecer una formación global e integral a los jóvenes jugadores para que un buen porcentaje de la “cantera” llegue al primer equipo.
Un club formador-vendedor, difiere del anterior en la medida que sus “joyas de la corona” (ya sean de sus fuerzas básicas o lleguen muy jóvenes y de otras nacionalidades al proceso), cuando lleguen al primer equipo destaquen y tengan ofertas, puedan ser vendidos y así poder llenar sus arcas, especialmente necesario para mantener este ciclo y dinámica.
Un club comprador, es aquel que tiene recursos, llega, compra y punto. Puede comprar hasta equipos completos y tanto en México como en el mundo hay sobrados ejemplos. No es una garantía de éxito, pero así son sus políticas y así han decidido manejarse. Todo es respetable.
En mi caso particular, necesito conocer el perfil del club, a qué le tira. Debo conocer su filosofía, su entorno y a su gente, y a partir de ahí sabremos de una manera muy clara cómo definir la política de contrataciones, y así encuadrar para que todo el proyecto asiente en esta base real.
A la vez, es muy importante definir un perfil de jugador. No puedes traer por traer o porque este o aquel jugador está de moda. Ocupas saber si sus aptitudes encajan dentro de lo que buscas y de lo que el club pretende.
Ya les había dicho que me gusta empezar a tener una gran proximidad desde los sub-17 hasta el primer equipo. Aquí, una vez definido el perfil de jugador, se vuelve muy importante direccionar al futbolista hacia la filosofía del club. No es una situación sencilla, sino por detrás hay mucho trabajo por hacer.
Por ejemplo, se debe proceder a armar una base de datos en soporte informático (creación de un software específico a las necesidades del club), donde puedan ser archivados y gestionados los datos de los jugadores, reportes de partidos, plan de observaciones, entre otros detalles.
Cuando en 2007 visité Carrington por primera vez –la academia de futbol base del Manchester-, para conocer a Sir Alex Ferguson y los trabajos del United, noté en una de nuestras charlas, que uno de los hábitos del entrenador antes de regresar a casa era pasar por las distintas canchas que estaban en el recorrido y mirar a los juveniles jugar. Y si le llamaba la atención uno de ellos, pronto llamaba a sus scouts.
Con este ejemplo, queda claro que en todo club tenemos que estar presente en los entrenamientos de juveniles y crear una red de scouts en varias etapas. En la próxima entrega explicaré sobre cómo le damos seguimiento a los jóvenes, a todos los jugadores propios y prestados, la labor del departamento de inteligencia y la función del director deportivo.
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