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Opinión

Pintaban para cracks

Si lo hubieras visto... Aquel chavo era un jugadorazo. Tenía una zurda tremenda. Lo comparaban con Miguel Angel Gamboa, aquel chileno que brilló en Tecos..
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Reynaldo Márquez _ 08/04/2020

Pintaban para cracks

Miércoles 08 de abril de 2020

Si lo hubieras visto...

Aquel chavo era un jugadorazo. Tenía una zurda tremenda. Lo comparaban con Miguel Ángel Gamboa, aquel chileno que brilló en Tecos, América y Coyotes de Neza, al lado de Carlos Reinoso, Héctor Tapia, Víctor Vucetich, Tuca Ferretti, Verderi, Mario Oscar Maldonado, Cora Isiordia y Chucho Ramírez, entre otros, probablemente dirigidos por don Ignacio Jáuregui... si mal no recuerdo.

Sí, Reinoso, Vuce y Tuca jugaron ahí, aunque Víctor no siempre; los centrales titulares eran Lolo González y Maldonado, cuenta la leyenda.

Le decía: A este chavo zurdo, que fue compañero de Pedro Campa (QEPD) en los Jabatos que dirigía Sergio Salinas, también ya fallecido, en Tercera División, lo comparaban con aquel zurdísimo, aunque no jugaba de extremo como Gamboa, que tenía una forma de juego muy similar a su paisano Ivo Basay; rapidísimo en la galopada larga y con tino de apache para tirar flechas sobre la carrera.

Este muchacho era de Ciudad Victoria y jugaba de 10, manejando la batuta en medio campo, dirigiendo el tráfico y como proveedor de pelota a sus atacantes.

Se llamaba -- me imagino que se sigue llamando igual--Estuardo de los Reyes y pese a su nombre y su cabello de príncipe valiente, no brilló jamás como figura; de seguro estuvo por ahí en algún otro equipo en Segunda División, no lo sé. Lo vi surgir y esfumarse en Tercera.

Sus problemas no eran con el balón, eran otros, entre ellos el alcohol.

Para los que conocimos de cerca el futbol de esos tiempos, cómo estaban preparados física y técnicamente,  De los Reyes habría podido jugar en forma sobresaliente y hasta brillar en cualquier equipo de Primera en ese tiempo. Fácil.

Algunos alcanzaron a llegar a Primera y el alcohol no les permitió destacar como se esperaba. Manuel Manzo y Rodolfo Titino Montoya, uno de Atlético Español y otro de Cruz Azul. Ambos llegarían a Tigres en su momento.

Montoya, cuando ascendieron y Manzo por ahí de 1985, haciendo dupla con Boy en el mediocampo felino. Manzo y Tomás eran los dos mejores volantes mexicanos, comparados en ese tiempo con Pepe Martínez, de Chivas, Javier Cárdenas, de Toluca, Eduardo Cisneros, de Chivas y Rafa Chepe Chávez, del León.

Montoya tuvo un paso discreto por Tigres y luego desaparecería; Manzo, aunque logró superar su enfermedad, nunca pudo brillar acorde a su talento. Digamos que siempre se esperó más de él.

Un caso reciente de ese tipo de problemas lo tenemos con Carlos Alberto Peña, a quien el alcohol lo echó muy pronto del fútbol y ahorita puedes verlo --bueno ahorita no, porque está recluido en su casa-- pero hasta hace unas semanas estaba tratando de tocar la pelota en un equipo que se llama Correcaminos de la UAT, de su querida Ciudad Victoria.

El Gullit lo ves flotando en la media como un veterano de 40 años tratando de entrar al ritmo de juego de un equipo de chamacos de 20; pidiendo la pelota, llegando tarde, tropezándose con ella. Una lágrima.

Y no es que la Segunda División donde juega el Corre --que también le llaman Primera A, de Ascenso o Liga de Plata-- sea una maravilla, pero si hasta ahí te ves mal, mejor pensar en poner una taquería o manejar un Uber.

Caixinha en su momento intentó rescatarlo del alcohol pero no se dejó ayudar.

A partir de ahora Peña debe vivir el resto de su vida con el pensamiento de que teniendo talento para llegar a ser un crack, lo tiró por la borda a causa del alcohol... como Estuardo...

Como algunos otros más.

Cuántos hubieran matado por tener ese talento y ellos que lo tenían, lo tiraron a la basura.

Una pena, la verdad.

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