Viernes 15 de mayo de 2020

En la historia de Tigres se han visto jugadores que pasaron sin pena ni gloria, otros pocos que se han consagrado como ídolos y otros, como Sebastián Chamagol González, que se fueron cargando sobre la espalda muchas preguntas para pocas respuestas.

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¿Qué habría pasado si Chamagol se hubiera quedado más tiempo? ¿Se habría consolidado como ídolo? ¿Era el jugador que cambiaría el rumbo? Interrogantes que han quedado flotando con la estela del chileno después de dejar atrás aquellos 12 meses del 2006.

Sin dudas que Chamagol marcó a una generación de aficionados en Tigres. Revolucionó el contacto con la gente y se convirtió en algo palpable para el aficionado. Lo veían en playeras, lo escuchaban en radio y lo vieron en la cancha, en donde solamente estuvo un año.

"Si estuve solamente un año no fue por una decisión personal, fue institucional. En ese momento llegó Mario Carrillo, terminé haciendo goles en el torneo y marqué en la Libertadores", le dijo a ONCE.

"Aunque reconozco que el primer torneo no fue lo mejor (tres goles en 15 partidos) y fue un semestre de adaptación en donde me encontré en un equipo diferente. Pero después, cuando me estaba adaptando me terminan sacando y nunca más volví. Mi carrera fue cambiando en una curva descendente después de hacer más de 75 goles en año y medio con Atlante", agregó el chileno, quien ya es DT recibido y hoy es comentarista de futbol en su país.

El Chama llegó a Tigres con dos maletas grandes: en una cargaba los goles, y en la otra, mucho carisma. El chileno logró una conexión pocas veces vista entre un jugador y los aficionados. Era un rockstar, el famoso del grupo y el goleador que todos anhelaban.

Con Atlante escribió páginas de gloria, pero con Tigres pesó más su nombre y su marca, porque goles hubo pocos y lo que le faltó fue tiempo, pues cuando apenas conectaba lo futbolístico con lo carismático, terminó saliendo de la institución al no entrar en planes de Mario Carrillo.

No te fuiste como querías, pero en ese tiempo llegaste ilusionado a Tigres… 

"Claro. Cuando llegué a Tigres lo hice con mucha ilusión y lo único que quería era mantenerme y permanecer en el club para respetar mi contrato de cuatro años. Lamentablemente, no se pudo. Hasta el día de hoy la gente de Tigres me muestra mucho cariño y mucho respeto, ese es el más lindo recuerdo que tengo del club".

La gente no quería que te fueras, te cantaban y en el último gol con Tigres pidieron que te quedaras… ¿lo recuerdas?…

"Por supuesto que me acuerdo, fue contra Querétaro. Fue una noche lluviosa. Ya se había filtrado que no seguía, que me querían sacar, pero yo intentaba responder con goles (anotó seis goles en su último torneo)".

SIN CONTINUIDAD

Sientes que te faltó algo…

"Mira, ya más viejo y con un recorrido en mi carrera hago una autocrítica y siento que me metí en cosas que no iban con el perfil que quería la institución. Fui temperamental en algún momento y eso en el futbol mexicano te pasa factura. Fui víctima del Pacto de Caballeros. Son experiencias que te tocan pasar y son decisiones que se escapan".

¿Querías una segunda oportunidad en Tigres?

"Siempre entendí lo que era ser de Tigres, lo que significaba jugar todos los partidos con 40,000 personas que te siguen a todos lados. El respeto que te tenían cuando rendías en la cancha y el respeto de la ciudad por los dos equipos, siempre entendí eso…".

¿Entonces…?

"Lamentablemente no me dieron esa continuidad, se tomaron decisiones que se escapaban de lo que uno quería decidir. Me mandaron a préstamo al Veracruz y eso no estaba en mis planes, no era mi deseo y uno se empieza a bloquear… pasé a ser un trotamundos. Me arrepiento de haber sido temperamental, debí haber sido flexible, pero eso lo analizo hoy, cuando eres joven no haces caso".

¿Te faltó tiempo en Tigres?

"Sí. Siempre lo he tenido presente y cuando se vienen conversaciones y me preguntan por Tigres siempre lo he dicho: ‘Fue un antes y un después. Me faltó tiempo, por supuesto’. Tenía la ilusión de mantenerme, durar cuatro años en el equipo porque venía de estar un tiempo prolongado en Atlante y Colo Colo. De 1998 al 2006 solo había tenido dos equipos, pero pasé a Tigres con un contrato de cuatro años y me sepultaron. Ahí empecé a pasar de equipo en equipo, de país en país y, con esa irregularidad, no pude mantener una cuota goleadora".

Tenías el respaldo de la afición…

"Jugar la Libertadores generó mucha ilusión. Tuvimos mucha irregularidad en lo colectivo, no era de que perdiera goles, sino que no llegábamos casi nada al arco contrario. Vinieron cambios de técnico, llegaron jugadores y en la Libertadores clasificamos, hice goles y me fue bien, pero faltó el poder convivir con una Liguilla y competir en instancias finales, eso hubiera cambiado el panorama. Yo veía que se venía un año mejor, pero viene ese cambio de rumbo, me tuve que ir obligado a otra institución. Ahí cambió mi carrera y mi vida".

¿Te fuiste decepcionado?

"No estaba acostumbrado a la forma en cómo se dio, ni en la forma ni en el fondo, el trato no fue el de un buen líder. En Tigres han cambiado las cosas, se han mantenido los dirigentes, si estuvieran (en el pasado) los que están hoy seguramente hubiera sucedido una situación distinta, pero me tocó un cambio en la dirigencia y me tocó la transición. Son experiencias y vivencias".

UN TIPO CON CARISMA

¿Te afectó ser un jugador mediático?

"Quizá eso fue dentro de las cosas que no debí haber complementado. Son de las cosas que me desgastaron, que ocasionaron problemas para el club y mi persona. Desde esa perspectiva fue lindo porque yo me sentía orgulloso de la empatía con la gente y me terminó generando una cuenta peor, dura. Nunca se entendió, fue lindo y sentimental, pero deportivamente fue algo que costó".

Siempre fue algo natural, espontáneo ese feeling con la afición… 

"Era algo genuino, yo no pedía que se diera (la conexión con la gente de Tigres), se daba y había canticos en mi último partido que no sé si se ha vuelto a repetir con algún otro jugador. Era algo recíproco entre el hincha de Tigres y mi persona. No fue alineado con el que tomaba las decisiones finales, ese fue el quiebre. Fue lindo y sigue ese cariño".

¿Qué opinas de André-Pierre Gignac?

"Lo vi desde la Copa Libertadores. Sigo lo que hace con Eduardo Vargas, he visto sus goles, siempre estoy mirando y veo a Tigres en instancias finales. Admiro lo que ha hecho en esa posición. Se ha ganado el respeto absoluto en la historia de Tigres, como el Tuca por lo que se ha mantenido como entrenador y ha gestionado el equipo con buenas elecciones. Contento de que el aficionado de Tigres pueda dar vueltas olímpicas".

¿Crees que revolucionaste el tema de la marca como jugador?

"Lo digo con humildad: tuve una visión distinta. Siempre me gustó el tema de las comunicaciones, siempre entendí esa relación con el periodista, sabía que nos necesitábamos y siempre fui respetuoso de los roles de cada persona. El carisma y los goles te llevan al aficionado y eso termina dejando una huella. Los festejos con Atlante y la efervescencia del aficionado de Tigres dejaron un cariño recíproco. Fue una etapa linda. Visionario puede ser porque tuve claro el rol del marketing, no de vender humo, sino como generar cosas en el futbol".

DIRIGIR, JAMÁS…

¿De qué manera sigues ligado al futbol?

"Ya llevo prácticamente seis años en un canal de futbol que transmite toda la Liga Chilena. Ahí me la llevo y viajo los fines de semana a los estadios. Hacemos tres partidos por fin de semana. Desde el 2014 que me retiré pasaron dos semanas y me incorporé al canal de futbol. No conviví con el duelo del exfutbolista".

¿Piensas dirigir en un futuro en México?

"Sinceramente no está dentro de mis posibilidades dirigir en algún momento. Me lo han preguntado porque me titulé en Chile (para ser entrenador), pero hice el curso de técnico para desarrollarme mejor en la televisión. Me ayuda para comentar los partidos. He realizado cursos de gestión deportiva. Trabajar y volver a México en Atlante podría ser como parte de la gestión deportiva, no como entrenador".

¿Qué extrañas de México?

"La comida y las charlas con los amigos. Afortunadamente dejé muchos amigos en diferentes ciudades y me entra la nostalgia. Tratando de no perder lo que dejé en México, constantemente cocino comida mexicana, y mantengo relación con algunos compañeros que ahora son directivos, técnicos o representantes. Sigo lo que pasa con Atlante y me mantengo actualizado".

Fotografía: Instagram @Chamagol32