Lunes 18 de mayo de 2020

Para Tigres, el camino de la conquista a su primer ascenso a Primera División fue cuesta arriba y muy pedregoso. Para su primera gloria los felinos recibieron rosas con muchas espinas.

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Además de que superó a su rival en dos partidos, el equipo de la UANL también se agrandó en la Vuelta y se sobrepuso a condiciones hostiles, en lo que se conoció como: El Juego del Terror.

Hace 46 años, los felinos tuvieron su primer gran logro. Además de ser mejores el marcador global, también resistieron un escenario de amenazas y amedrentamientos.

El 19 de mayo de 1974, los felinos obtuvieron su primer ascenso a Primera División; así inició, casi en automático, la primera época dorada del equipo universitario, que siguió con un título de Copa y un campeonato de Liga en cuatro años.

Se trató de un espinoso ascenso que se complicó en el duelo de Vuelta jugado en el Estadio Olímpico Tecnológico de la Universidad de Guadalajara, entonces casa de la UdeG.

Más que el rival, quizás lo más duro para los Auriazules fue sobreponerse a un ambiente prácticamente de guerra; en un tiempo donde los reglamentos no eran tan rígidos y permitían disputar partidos bajo condiciones muy hostiles.

Era el tercer intento del equipo regio por llegar al máximo circuito. En su primera Liguilla en la temporada 1971-72, bajo las órdenes del peruano Grimaldo González, Tigres llegó a la Final, pero la perdió ante el Atlas en juego único disputado en el Estadio Azteca. Los Rojinegros se impusieron 4-0.

En la temporada 1972-73, con el mando técnico de Salvador Reyes, el Melón, los felinos fueron eliminados en Semifinales por el Irapuato.

El momento histórico llegó en la temporada 1973-74, bajo el mando de José Gómez, el Che, un histórico del futbol regio. El Che Gómez fue jugador del Monterrey y en 1945 salvó a varios de sus compañeros en el trágico accidente en el autobús rumbo a San Juan de los Lagos. También dirigió a Rayados en la década de los 60's.

En la Fase Final del 74, equipo de la UANL despachó al Unión de Curtidores en Semifinales. Ya en la Final se encontró con los entonces solo llamados Leones.

El PRIMER ROUND

Como sublíderes de la fase regular, Tigres jugó el duelo de Ida en el Estadio Universitario. También tuvo que utilizar un segundo uniforme, ya que la UdeG había sido el equipo líder. La escuadra de la UANL vistió entonces su uniforme todo en azul, con una franja amarilla en la camiseta, prácticamente idéntico al de Boca Juniors de Argentina.

Esa vestimenta la emplearon justo en la Jornada 20 de esa competencia, cuando los felinos recibieron al mismo equipo tapatío y lo golearon 5-1.

En el primer compromiso, disputado el 11 de mayo y con un calor cercano a los 40 grados, el equipo de la UANL trazó el camino para el título. Los locales lograron un contundente 3-0 con par de anotaciones de Alberto Rodríguez y otra más José Luis Puente, el campeón de goleo en ese torneo.

Con esa victoria, Tigres alargó a 18, su cadena de partidos sin perder en su campo.

VINO EL JUEGO DEL TERROR

"Nos tendrán que matar para quitarnos ese 3-0", declaró Puente tras el triunfo en el duelo de Ida.

Tal parece que sus rivales tomaron muy en serio esa declaración, pues desde antes de disputarse el encuentro surgieron las primeras hostilidades.

Para empezar, las autoridades de la Universidad de Guadalajara negaron boletos para los seguidores felinos. Incluso directivos de la Segunda División tuvieron que mediar en el asunto que involucró hasta los rectores de ambas universidades.

Ya iniciado el calentado partido, los locales agobiaron. Tigres aguantó casi todo el primer tiempo sin daño, pero en la reposición cayó la primera anotación de la UdeG, obra de Enrique Zamora.

Tan pronto arrancó el complemento, Javán García marcó el 2-0; los Leones se pusieron a un gol de empatar el marcador global.

Las notas periodísticas sobre este duelo refieren a una heroica actuación del portero José Luis Brizuela, con complicidad con sus defensas. Tigres se fajó y ya no recibió más anotaciones. El marcador global terminó 3-2.

EL RIVAL PSICOLÓGICO

Los Auriazules se impusieron al terror psicológico impuesto por sus adversarios. Se afirmó que hubo amenazas, agresiones verbales y hasta físicas. También se manejó que hubo gente armada alrededor del campo de juego, incluso con metralletas.

Según refieren las notas, presuntos porros hicieron estallar cohetones detrás de la banca felina; los aficionados agredieron verbalmente a jugadores de banca y a elementos del cuerpo técnico. El portero Brizuela tuvo que soportar a gente que se plantó detrás de su portería. Incluso se afirmó que estuvieron picando con un palo al arquero del equipo regio.

"Hubo gente armada, golpes, porros… Ellos estaban dispuestos a todo, hubo (seguidores de Tigres) golpeados… La cuestión era intimidarte, meterte miedo para que no hicieras algo que los perjudicara. Pero en este tipo de situaciones ya vas con la adrenalina muy arriba. No estás para (caerte con) ese tipo de cosas", declaró en su momento Brizuela.

Se asentó que en el medio tiempo el vestidor de Tigres sufrió daños. Los vidrios fueron rotos y los jugadores se resguardaron debajo de las mesas para evitar alguna herida.

Se dijo que el árbitro, Javier Galindo, pidió al técnico del equipo regio que saliera del vestidor después de iniciada la segunda mitad. Esto para prevenir más agresiones hacia el Che Gómez.

En las tribunas, los pocos seguidores felinos que viajaron la pasaron muy mal. Algunos fueron golpeados y hasta terminaron ensangrentados.

"Mi papás fueron a ver el partido, pero compraron camisetas de la UdeG y se las pusieron. Cuando anotaban gol (los tapatíos), ellos aplaudían para que no les fueran a hacer nada", mencionó en su momento Alejandro Izquierdo, quien en ese duelo jugó como volante por izquierda.

Lo que no mató a los jugadores Tigres los hizo más grandes y les dio su primera gloria. El equipo universitario prácticamente tuvo que ganar una guerra para conquistar su primer ascenso y su primer título.

Fotografía: Mexsport