

Entre bolas y outs
Un 19 de agosto de 1945, el Monterrey jugó su primer partido de futbol profesional. Conoce la singularidad de un partido disputado en el estadio de beis.
Por Javier Morales | FOTO:
Entre bolas y outs
Un 19 de agosto de 1945, el Monterrey jugó su primer partido de futbol profesional. Conoce la singularidad de un partido disputado en el estadio de beis.
Por Javier Morales | FOTO:
Lunes 17 de agosto de 2020
Fue en un estadio de otro deporte, con muy poca gente en la tribuna, quizás sólo los familiares acudieron. No hubo transmisión del partido en algún medio electrónico, tampoco hubo concentración de jugadores previa al encuentro. Así ocurrió, en un ambiente totalmente ajeno a lo que se vive en el actual futbol profesional regio.
Hace 75 años y bajo los estragos de la Segunda Guerra Mundial, se jugó en la ciudad de Monterrey el primer partido profesional de futbol. Fue el debut del Club Monterrey, el antecesor de lo que hoy es Rayados.
En medio de una crisis económica derivada por el conflicto bélico, pero empujada por un campeonato nacional amateur ganado por un representativo de Nuevo León, nació la primera aventura de un equipo profesional en Monterrey.
Entonces la Sultana del Norte despegaba como gigante industrial y apenas contaba con una población cercana a los 200,000 habitantes.
La pasión de los regiomontanos era el beisbol y los entonces Industriales, ahora Sultanes, empezaban a ganar sus primeros campeonatos.
ASÍ INICIÓ TODO
En 1945 un equipo amateur de Nuevo León ganó el Campeonato Nacional Amateur, venció a una escuadra de Jalisco.
El logro regiomontano inspiró a personajes como Enrique Ayala Medina, Manuel Castillo, Paul C. Probert, Ángel Escobedo, Ramón Cárdenas y José Fidalgo para iniciar con el proyecto de un equipo en la Liga Mayor de Futbol.
El naciente Club de Futbol Monterrey tomó una base de jugadores y al técnico del equipo amateur campeón. Además, fue reforzado con los jugadores extranjeros: José Che Gómez, José Norberto Toledo y Luciano Agnolín.
Los mexicanos: Raymundo Palomino, Santiago Bonilla, Guillermo Cuadros Vidal, Victoriano de la Mora, Leonardo Zamudio y Evaristo Amezcua, también se integraron al equipo regio.
El Monterrey llegó a la Liga Mayor como el club número 16; el resto de la Liga fue integrada por clubes de las ciudades de: Guadalajara (3), Ciudad de México (5), Orizaba (2), León (2), Veracruz (1), Puebla (1) y Tampico (1).
El equipo, que inició sus entrenamientos tres meses antes de su debut, no eran los Rayados como ahora se les identifica, pero ese primer club llevó el nombre de la ciudad.
EL GRAN DÍA
¿A cuántos miles de aficionados actuales les hubiera gustado presenciar aquel primer partido?
Pues bueno, a ese gran evento histórico, celebrado el domingo 19 de agosto de 1945, solo asistieron unos 400 aficionados. De hecho, ese y todos los restantes encuentros en casa se jugaron bajo escasas concurrencias.
Se escenificó en un parque de beisbol, en el desaparecido Parque Cuauhtémoc, que se ubicaba en la Calzada Victoria. Los costos de las entradas iban desde los $3.50 pesos, para el boleto más caro que correspondió al de hombres; de $2 pesos para damas; y de ¢ 75 centavos para niños.
No hubo concentración de jugadoros enfocada a ese partido, como en tiempos actuales es imprescindible hacerlo. Los jugadores durmieron en sus casas y fueron citados al campo de juego a las 8:00 horas.
Para el duelo ante el San Sebastián, de León Guanajuato, que inició a las 10:30 horas, no hubo siquiera transmisión por radio; ¿de TV?, ni imaginarlo.
Los jugadores llegaron al inmueble y se vistieron con su indumentaria de futbolistas, lo hicieron en el dugout que utilizaban los Industriales de beisbol.
PRESENTACIÓN TRIUNFAL
Con aquella mítica camisola dividida por una diagonal, con el color azul en la parte superior y con el blanco en la parte baja; con el short blanco y con las medias fueron grises, así el Monterrey dio su primera batalla y entregó a su gente el primer triunfo en su historia.
La victoria fue por la mínima diferencia y a los 24 minutos del encuentro los aficionados regios gritaron por vez primera un gol.
Cuentan los historiadores que el Chanclas Zamudio disparó, que el portero rival rechazó, pero que dejó el balón a la deriva; entonces el Ché Gómez aprovechó para enviar el balón al fondo de la portería en un contrarremate.
Para sacar el triunfo, el equipo albiazul tuvo que apoyarse en las salvadoras intervenciones de su portero: el Burro Palomino.
En una época del futbol en la que no había cambios, ni se mostraban tarjetas de amonestación o de expulsión, el árbitro Rafael Valenzuela y Marín dio por concluido esa primera batalla.
Entonces una sonrisa se asomó en la primera página de la historia del Monterrey. De la manera más lamentable, casi un mes después, se presentó un episodio radical y doloroso con el accidente en San Juan de los Lagos, evento que volvió trágico y tormentoso el primer torneo del club albiazul.
El primer paso se había dado… el Monterrey había nacido.
"Es una satisfacción para el Club de Futbol Monterrey el ingreso de nuestra ciudad al mejor futbol de la República… Ha sido la finalidad del Club de Futbol Monterrey proporcionar a la afición regiomontana un espectáculo de relieve… Saludamos complacidos y llenos de optimismo al público de Monterrey, instituciones deportivas y sociales de la localidad; así como a los clubes y plazas que integran la Liga Mayor. Ofrecemos poner lo necesario para contribuir al prestigio de nuestro futbol nacional". Extracto de la carta de presentación publicada por el Club Monterrey en la prensa regia, el domingo 19 de agosto de 1945.
Con datos de los autores: Ángel Chávez Córdova, Jaime Luna y J. Cid y Mulet.
Fotografía: Rayados