Domingo 24 de enero de 2021

Con información de Diego Andrade 

¿La Liga Femenil crece en México o es un espejismo dentro de un contexto mediático, pero muy desfavorable para muchas jugadoras?

La Liga ya va para cuatro años y no ha progresado en lo estructural para ofrecer más lugares o fuentes de trabajo a futbolistas que quedan en la deriva y no encuentran dónde acomodarse para seguir desarrollándose.

Un relevamiento de ONCE, cotejado con el material de archivo de nuestro medio desde que inició el torneo en 2017, los clubes y la Liga, ofrece datos muy preocupantes, contrario a los aires de superación de una competencia que avanza con sus calendarios, pero que no robustece el proyecto.

Hasta este 2021, y transcurridos 6 torneos, alrededor de 310 jugadoras se han quedado sin equipo. Sí, ¡310! futbolistas que en algún momento han tenido club y, al menos, fueron registradas aunque sea un juego en la banca.

Campeonas, futbolistas que marcaron algún tipo de récord, apellidos conocidos por goles importantes o por una popularidad abarcada en las redes sociales.

Hablamos sólo de lo oficial, de lo que está comprobable, pero se estima que existen muchas otras futbolistas más que se han perdido en el camino y que por ser baja en un club o no tener cabida, han visto frustrado su deseo de hacer una carrera en la Femenil.

LLUEVEN ABANDONOS

La estadística marca que son, al menos, 3 futbolistas por club las que dejan la actividad en cada torneo que transcurre ya sea por falta de oportunidades o el simple hecho de tener que tomar otro camino que ayude al bolsillo.

Hay de todo y de todos los equipos. Desde nombres propios, que supieron levantar títulos en la Liga Femenil, hasta jóvenes que nunca llegaron a debutar.

Hay de todos los equipos. Por ejemplo, se puede comenzar con nombres que quedaron grabados en el corazón del aficionado de Chivas. Aquel primer conjunto campeón de la Liga, tuvo entre sus filas a elementos como Karen Gómez, Daniela Pulido, Maya García, Andrea Ruiz, Jessica Benites y Paloma Castro. Todas ellas sin actualidad en la competencia.

En un rastreo que hizo ONCE, por ejemplo, 31 jugadoras que alguna vez estuvieron en Necaxa, ya no juegan más en la Liga. Y la lista es larguísima: 28 del Cruz Azul, 27 del Toluca, 25 del Santos y León, 20 de Tijuana, 21 del Querétaro, 17 de Rayadas, 14 del Atlas, en cifras aproximadas.

Un dato no menor es la falta de autonomía de la categoría y que por estar atada a la Liga MX varonil, muchas jugadoras “desaparecen” cuando lo hacen sus equipos. Casos emblemáticos de Lobos BUAP, Veracruz, o Morelia, donde cientos de chicas debieron resignarse por la injusta estructura del futbol mexicano. A nadie les importó su futuro.

Al no contar con un torneo que se distancie del varonil, al no haber una categoría de Ascenso y al no tener competencia de divisiones menores, por ejemplo, el desperdicio de talento femenil es enorme.

En el futbol femenino de Argentina, se vale la comparación, en Primera División juegan equipos que merecen estar y no porque el varonil está en Primera.

Entonces, encuentras equipos hasta del interior del país, más allá que el club, en varonil, esté deambulando por las categorías de ascenso.

HISTORIA EN SUDAMÉRICA

Un caso llamativo fue el de Perla Morones. Estuvo tres torneos con León, y se marchó en el segundo semestre del 2019 al Colo Colo de Chile. Jugó 6 partidos, incluyendo uno de Libertadores y anotó 3 goles. Fue la primera mexicana que participó en la Copa Libertadores Femenina.

DEL CAMPO AL BANQUILLO

No todas son malas. En esta lucha por la igualdad de géneros en el futbol mexicano, Ana Zavala decidió marcar la diferencia. Es otra futbolista que formó parte de León, pero que, actualmente, está registrada como DT de Delfines de Abasolo, un equipo de la Tercera División.

EL PRIMER RETIRO DE LA HISTORIA

Hubo un caso, un tanto mediático, que quedó para el recuerdo. Pamela Gutiérrez fue la primera jugadora que se retiró oficialmente. Fue portera de Pumas (Cl. 2018) y Toluca (Ap. 2018). Cuando se marchó de Pumas, disparó munición gruesa.

"Me dieron argumentos que, la verdad, no creí ninguno, pero uno de ellos fue por mi edad. Ya después de tiempo me enteré que les caía mal a los técnicos (Ileana Dávila y Jonathan Lozano, auxiliar). A mí se me hizo injusto por las preferencias que son muy notorias en ciertas jugadoras", tiró en aquel entonces.

La Femenil, en pocas palabras, debe construir su propio sueño, pero eso no ocurre en México.

La lucha por la igualdad salarial sigue en carrera. Que algunas jugadoras no pueden vivir del futbol fue otro de los tantos motivos de abandono.

En definitiva, antes de mirar tanto hacia el exterior e importar futbolistas, no estaría mal que la Liga fomente un verdadero futbol femenil local donde haya oportunidades para todas en categorías competentes y no las deje en el olvido.

Fotografía: Especial ONCE