Mala suerte, mala preparación física, mala distribución de carga en entrenamientos o falta de descanso. Sea cual sea la razón, lo único cierto es que a Diego Alonso se le caen los jugadores y Rayados se está convirtiendo en un hospital.

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La gente no se explica cómo y por qué motivo han sufrido las bajas de tantos jugadores en los últimos meses por lesiones, pero la gota que derramó el vaso en la tolerancia de sus aficionados fue la cadena de lesionados durante el Clásico el pasado domingo.

El hecho de haber perdido a su capitán José Basanta apenas a los siete minutos de juego fue motivo de frustración para muchos por tener enfrente todo un partido en desarrollo, contra un rival exigente como Tigres que, sin duda, aunque quedó a deber en el ataque obligó a que Monterrey se formara con línea de cinco defensores.

Tomando como referencia que sólo seis jugadores del esquema llegaron como refuerzos, la base no está acostumbrada a la intensidad que le ponen los preparados físicos en las prácticas que realizan en El Barrial, y peor aún porque transcurridas 10 jornadas es evidente que el cansancio es fatal.

Para esto cabe recordar que, a diferencia de torneos anteriores, en esta pretemporada de verano que realizaron en la Riviera Maya sólo trabajaron en lo táctico con balón y en el gimnasio por 11 días, pero no en la arena como es normal, buscando potenciar los músculos de las piernas para ganar fuerza y velocidad.

El trabajo en los entrenamientos es desgastante y mucho más fuerte que lo que hacían en temporadas pasadas con Antonio Mohamed como entrenador, que poco trabajaba en lo físico en la rutina y ojo que era un equipo mucho más vertical y goleador. Curioso.

Desde que comenzó el semestre ya se tronaron dos jugadores de ligamento cruzado anterior en las rodillas, del caso de Alfonso González y Jonathan Urretaviscaya, que no volverán a la actividad sino hasta el Apertura 2019. Eso sí, esas jugadas accidentales fueron por su propio pie y no por condiciones relativas a la carga de los entrenamientos.

Contándolos a ellos dos son al menos 12 futbolistas los que se han lastimado, 'tironeado' o lesionado de gravedad en este proceso, con los casos más recientes de Basanta, Rodolfo Pizarro y Leonel Vangioni en el juego del domingo contra Tigres, aunque sólo el último completó los 90 minutos.

Los afectados fueron, además a de los tres mencionados, Rogelio Funes Mori, Dorlan Pabón, Stefan Medina, Nicolás Sánchez, Avilés Hurtado, Jesús Gallardo, Edson Gutiérrez, Alfonso González y Jonathan Urretaviscaya, suficientes nombres para saber que algo mal se está haciendo en el día a día.

Incluso, la semana pasada se fue Luis Martínez, encargado de los preparadores físicos, para trabajar en el club León. Su lugar lo ocupó el profesor Javier Flores, quien trabajó hasta entonces con el equipo de la categoría Sub 20 y la división Femenil.

Decir que el calendario les afectó está demás, ya que en agosto tuvieron 10 partidos entre Liga y Copa, pero compartieron esa condición con el resto de los clubes que participaron en ambas competencias, sin que ellos tuvieran la misma cantidad de lastimados.

Si el cuerpo técnico no quiere terminar recurriendo a sus suplentes en cada partido, ¿no debería anticipar desde ya un cambio en la preparación diaria? De lo contrario, no sólo perderán jugadores sino también los resultados deportivos.

Fotografía: ONCE | Cristian Juárez