No pasa nada 

Miércoles 11 de septiembre de 2019

Como aquella vez que Chile le hizo siete, ahora fue una sacudida similar.

Hay quienes piensan que el señor Martino planteó maquiavélicamente bien la formación del Tri para beneficiar a sus paisanos. Habría que ser muy mala leche para pensar eso... pero lo explican con un fundamento irrebatible: Salcedo y Araujo de centrales. 

¿En qué estarías pensando para hacer esto?... si estos muchachos juntos son dinamita? 

Juntos están para que los cuiden, no para andar cuidando a nadie...

Lautaro Martínez, solo, los hizo talco. Fin de la historia.

Por supuesto que no fueron los únicos que estaban impresionados por la palidísima Albiceleste. Varios más, entre ellos, Álvarez, y el resto, más que discretos. No vi uno que se salvara, por más que Corona traía su partidito particular.

¿Cuántas veces pusieron a prueba tirando al arco argentino?... ¿cuántas veces?...

Fue en general una pésima noche. 

Dijo Martino: "No hay duda que nos puso en el lugar que realmente estamos... Son rivales de jerarquía, que los mínimos errores te lo hacen pagar y nosotros cometimos varios, pero sin lugar a dudas seguiremos trabajando de la misma manera y tratando de mejorar en errores porque los equipos que son buenos te los hacen padecer".

Creo que Don Tata debe trabajar diferente. Si trabajan igual, volverán a cometerlos. Jamás podrán jugar dos muchachos con cualidades técnicas tan limitadas como Salcedo y Araujo, juntos. Imposible.

Necesitan que alguien les cuide la espalda, les corrija sus errores y maquille sus falencias. 

Por ahora, le diré, de verdad... no pasa nada.

Este tipo de papelitos los hace el Tri de vez en cuando.

Luego se recupera, siguen los partidos "moleros" contra los flanes de Concacaf y la raza volverá pensar que tiene una potencia por selección. 

Es la misma de Lapuente, y de La Volpe, y Chepo y Vuce y Tuca y del Ing. de la Torre y Trélles y Cárdenas y el Piojo y Eriksson y Menotti y cuantos entrenadores oriundos o foráneos se hayan hecho cargo.

Este Tri no es el peor de todos, solo es uno más.

Ánimo, que la fiesta sigue...