Sábado 24 de septiembre de 2022
Hace tres torneos que se permiten tener extranjeras en la Liga mexicana. ¿Una decisión acertada? Con esto arranca un debate que no es exclusivo de la Femenil y que parece no tener fin.
De los 18 equipos, solo dos se mantienen sin jugadoras foráneas: Chivas, que por historia solo juega con mexicanas; y Puebla, que si bien hoy no cuenta con ninguna, ya tuvo anteriormente a la brasileña Verónica Martins.
A pesar de ser una regla abierta para todos, no se puede obligar a los equipos a traer jugadoras. El acuerdo es cuatro por escuadra y solo Rayadas, Pumas, León, Xolos y Atlas ocupan todas las vacantes. Pero de tener cuatro extranjeras, a aprovecharlas/necesitarlas, hay una gran diferencia.
Tigres tiene dos pilares: Fishel y Kanu, quienes llegaron como anillo al dedo y cada vez se le ven mejor, fundamentales para el funcionamiento ofensivo. San Luis tiene un gran peso en Bea Parra, una española que no da balón por perdido y aporta gran experiencia a un equipo que sigue buscando estabilidad.
Actualmente, hay 43 extranjeras registradas y nada sorpresivo que 14 sean de Estados Unidos. El trabajo que hacen en su país a nivel universitario y Liga, y la cercanía con México, lo hace el mercado más accesible para las jugadoras. Fishel, Angelina Hix y Summer Mason, por citar algunas, roban reflectores.
Estas dos últimas jugadoras de Xolos, principalmente Hix, le dan una cara diferente a su equipo. Mientras Angelina le siga encontrando el modo a los rivales, su velocidad la hace imparable. De los mejores aciertos que han tenido en la institución.
Si tener extranjeras fuera un mal para las Ligas, no veríamos a tantas competencias abiertas a esta regla, incluso, en un número mayor que en México. Hasta ahora, las foráneas le han dado un sabor distinto al torneo, favorecen al espectáculo y hacen que el mundo conozca esta Liga “exótica”.