VIERNES 26 ABRIL, 2024

Alonso entregó a Rayados

08 - abril - 2019

Rayados está subestimando alevosamente la Liga, quizás convencido de que le sobra espalda para combatir cuerpo a cuerpo en una zona de clasificación donde se siente seguro mirando de reojo la irregularidad de otros.

Pero lo que no advierte Alonso es que su equipo se ha caído en funcionamiento y confianza. En gran parte, por decisiones suyas; en otra porción, por el desequilibrio de cargas individuales. No todos están en el mismo nivel y el técnico ha venido forzando ese contexto.

El papelón de Toluca es un retrato de esa debacle en la gestión de un equipo que no tiene las referencias claras. Tampoco las tiene Alonso, cuyo criterio mal enfocado lo orilla a cometer gravísimos errores de ejecución y resuelve mucho peor.

Es inexplicable lo que hizo Alonso en Toluca. Todo parte desde la planeación. Decidir ir con un plan B a la altura, sobre todo ante la urgencia de triunfos, fue una decisión apocalíptica.

No se entendió el mensaje de origen, ese de querer "guardar" a sus principales elementos para evitar un desgaste con vistas a una serie de la Concachampions que la tiene liquidada.

Alonso entregó a Rayados a la paliza. Ese discurso de que "primero pensamos en Toluca" antes de pensar en una Final de Conca fue otra mentira. Si fuese así, se le tendría que haber tenido más respeto al rival y el equipo tendría que haber tenido una mayor responsabilidad competitiva.

Pero hay más cuestiones que no checan, como las improvisaciones tácticas. Alonso cree que porque tiene 30 jugadores puede hacer lo que se le antoje y que todo va a resultar porque son futbolistas de jerarquía. Toda una equivocación porque no se miden las consecuencias.

Es tanta la abundancia que se marea. Por ejemplo, decidió regresarle la titularidad a Meza en un escenario dificilísimo para un jugador que viene siendo cuestionado, que no supone estar a punto en ningún sentido, que está fuera de ritmo, que juega en posiciones raras (terminó de contención) y sumado al agravante de la altura.

Pero también hay razones ilógicas dentro de esa improvisación: salir con una línea de 5, una señal que automáticamente le carga de ataduras al equipo y lo hace altamente vulnerable por funcionamiento y alcance.

También está la respuesta física. Toluca trituró a Rayados en velocidad de juego y exhibió a un equipo desde el vértice más ridículo y frágil: la falta de actitud. Descompensado en energía -ni se diga en futbol- es imposible sostenerse en un partido. Alonso no vio nada de esto, sino todo lo contrario.

Aparte, son muy extrañas sus lecturas: en juegos donde tiene ventaja en el resultado, se echa para atrás y, en otros, cuando el rival lo está acribillando, quiere jugar al ataque. Por todos estos desaciertos, Rayados siempre merodea en zona de fracaso, más allá del maquillaje de algunos resultados.

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