JUEVES 25 ABRIL, 2024

Tigres se animó a jugar

Viernes 24 de mayo de 2019

Hacía tiempo que Tigres no cerraba un partido apoyado en la autoridad de su juego porque, más allá del resultado -si se quiere corto- se sintió cómodo en función de equipo. Y lo hizo en una Final.

Esta noticia no es cualquier cosa. Fuertemente cuestionado por negociar partidos a baja altura, esta vez Tigres justificó ante León no sólo el 1-0, sino su valor en conjunto, ese que es capaz de mecanizar movimientos desde la autenticidad de su jerarquía.

Ganó por Gignac y por muchas otras cosas más. No se dejó arrastrar por ese futbol tejido que muy bien suele ejecutar el León cuando le abren espacios. Prefirió emparejarse a eso. Se puso al mismo nivel y en igualdad de condiciones activó su hándicap: la capacidad individual para marcar la diferencia.

Chaka Rodríguez, Pizarro, Carioca, Guzmán y Gignac tuvieron un juego sobresaliente. Hablamos de eslabones sueltos que en algún momento del partido fueron determinantes para jugadas específicas. Esto, combinado con un todo, le extendieron a Tigres las credenciales de finalista.

Tigres se debía un juego de esta medida, sobre todo en circunstancias decisivas. Fue la primera Final, después de tantas otras, dónde se movió a tono con lo que se le exige. Mínimo, fue competente, y en ese modo, se acercó más rápido a su objetivo con argumentos distintivos.

León se topó con un equipo maduro y en esas condiciones batalló para descubrir esos pasillos que a lo largo del torneo fue encontrando gracias a zonas vulnerables que le ofrecía el adversario.

Esta vez la reducción de espacios puso al equipo de Ambriz a hibernar y, en ese estado, sólo dejó ver algunos rasgos de ese buen equipo que es.

De hecho, fue culpa de Tigres de que el León haya fracasado en su intento, porque cuando quiso jugar su circuito nunca estuvo limpio. Igual, poco han tenido que ver sus ausencias en este tema porque fue algo más general que individual.

No tuvo, en todo caso, la determinación para mutar a otro tipo de juego, ese que le reclamaba mayor sacrificio físico-mental para salir del agobio. Siguió intentando hacer lo mismo de siempre sin asumir la complejidad del asunto.

Tigres, al final de cuentas, impuso condiciones desde la solidez para trabajar partidos de esta dimensión. Tuvo lectura, respuesta y mucho colmillo.

Es decir, en esta primera Final hubo una diferencia de estilos, pero también de calidad y sangre combativa: ganó aquel que mejor entendió por dónde iba el partido y lo que necesitaba, aunque sea poco, para asegurarlo.

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